POR: JORGE TADEO VARGAS
Días de revuelta, días de combate
Hace algunas semanas en el foro económico de Davos, la titular de SEMARNAT, Alicia Bárcenas hablaba –palabras más, palabras menos– sobre combustibles fósiles “limpios” para referirse a aquella fracción de hidrocarburos que se pondrán a función de la llamada transición energética y las energías producidas desde fuentes renovables, principalmente la eólica y la solar, las mismas que han sido fuertemente cuestionadas por su dependencia al petróleo en toda la cadena de fabricación, producción, distribución y consumo.
En pocas palabras, Bárcenas justificaba el uso de los combustibles fósiles en la transición energética, desde una lógica de la necesidad de usarlos ante la falta de alternativas, lo cual –para ella– los convierte en energéticos limpios, quitándoles responsabilidad en la crisis climática y socio-ecológica que estamos viviendo en lo local y en lo global.
Aquí conviene hacer una pausa para escribir que, en los últimos quince años, el uso de la energía eólica y solar ha aumentado en aproximadamente un quince por ciento, mientras que la reducción del uso de los combustibles fósiles de 1990 a la fecha ha sido de sólo un cinco por ciento, lo que quiere decir que, a pesar del aumento en el uso de fuentes renovables para la producción de energía, no hay una disminución significativa de los impactos que generan los hidrocarburos. Lo que puede parecer una disminución del uso de combustibles fósiles y un aumento de fuentes renovables, es en realidad un aumento en el consumo de energía en los últimos treinta años, principalmente con la llegada del capitalismo de plataforma y todos los recursos que necesita para su operación.
Con estos datos enfrente y la crisis socio-ecológica que vivimos ¿Qué es lo que tenemos entonces? Pues que, a pesar del discurso del gobierno federal sobre transición energética, mismo discurso que se maneja a nivel global en la mayoría de los países, estamos muy lejos de lograr los objetivos trazados con fecha límite en el 2050; las razones, aunque son muchas se pueden englobar en dos, centrándome exclusivamente en lo que se refiere a transición energética, sin entrar de lleno en la necesidad una transición justa que va desde lo laboral hasta lo socio-ambiental.
El primero que me parece que es el más importante, es la dependencia que tenemos al petróleo en general, desde hace décadas y la cual nos ha llevado a que más del noventa por ciento de nuestras actividades, de producción, distribución y consumo dependen exclusivamente de algún derivado del petróleo, por lo tanto, aquí podemos concederle un poco de razón al discurso de Bárcenas. Sin embargo, su discurso vacío y sus políticas engañabobos van más allá, pues nos intentan hacer creer que lo que están haciendo es la única salida, cuando lo que tenemos en realidad es una solución de final de tubería que no busca solucionar el problema sino ganar tiempo en términos económicos. El fracaso de la transición energética se debe a la falta de alternativas que ofrece el capitalismo –así en abstracto- y su modelo de producción-consumo.
El segundo es que para que puede haber una verdadera transición energética, esta debe permear más allá de un cambio de matriz, partiendo hacía un modelo de producción y distribución más justa, que permee desde lo laboral hasta lo ecológico, pasando por temas de salud tanto ambiental como humana. Aquí lo que vemos es mantener un modelo de producción y distribución de energía que no se modifica en lo más mínimo, lo que tenemos es un pequeño cambio en la matriz energética que no alcanza para la crisis que estamos viviendo, pues se sustenta en la dependencia al petróleo y la minería, es decir en prácticas extractivas, depredadoras.
Con esto claro, podemos deducir que la transición nunca ha ido por un cambio en el modelo de producción energética –es decir no es una transición anticapitalista que es la única que ofrece soluciones reales– sino para incrementar el consumo energético, donde las fuentes renovables sólo se suman a los combustibles fósiles aumentando los impactos en la naturaleza y las poblaciones humanas ya vulneradas por el sistema de clases.
Marzo 2025
Jorge Tadeo Vargas, exiliado de Ankh-Morpork, escritor, anarquista, a veces activista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena.
Hay días que viaja a Mundo Disco.
Imagen tomada de: https://otrosmundoschiapas.org/el-litio-y-la-falsa-transicion-energetica