Claro está, es necesario que las partes tengan bien definido lo que se puede negociar y actuar en consecuencia.
Por ejemplo, sería una buena noticia que los sindicatos y las autoridades universitarias se pusieran de acuerdo en darle un nuevo marco legal a la Universidad de Sonora y decirle adiós a la Ley 4 que tanto daño ha causado desde que la impuso Manlio Fabio Beltrones en 1991. Se podría así, hacerle cirugía mayor a la burocracia universitaria y destinar esos recursos a las actividades sustantivas de nuestra Alma Mater. Además, podría abrirse la posibilidad de que se democratizara la toma de decisiones y ser ejemplo de los nuevos tiempos que vive el país.
También sería importante dejar de lado algunas mezquindades. Como ese asunto de no reconocer años de antigüedad por parte de la Universidad de Sonora a pesar de que el ISSSTESON si los contabiliza. Cuidar los centavos negándoles un derecho a los trabajadores y hacerse de la vista gorda con los “asesores” quienes cobran como si trabajaran pero nadie sabe exactamente qué es lo que hacen.
Hacer un compromiso serio con los maestros de asignatura y todos los trabajadores que tienen contratación de eventuales a pesar de que llevan años laborando en la institución.
De hecho, si el gobierno del estado aportara los 108 millones de pesos que faltan para equilibrar las aportaciones del gobierno federal, sería más que suficiente para atender las necesidades más apremiantes de los trabajadores universitarios. Si el Ayuntamiento de Hermosillo recurrió a un arrendamiento puro por más de 100 millones para “resolver” el problema de la recolección de basura, por qué el gobierno estatal no puede aportar una cantidad similar para resolver, en parte, las demandas más sentidas del pliego petitorio.
Debe quedar claro que la venta de bienes públicos no debe ser la opción para tapar el boquete financiero que dejó el desfalco de seis mil millones de pesos y bien harían el gobierno federal, el gobierno estatal y las autoridades en encontrar otras alternativas de solución a la problemática del ISSTESON.
Se requiere sí, tenerle amor a nuestra universidad y darle un mejor rumbo en el futuro inmediato. Podría surgir así un acuerdo consensuado para resolver de fondo la grave crisis que padece el ISSSTESON. Un acuerdo que permita jubilarse a los que están en lista de espera, renovando así la planta de maestros y empleados universitarios. Resolver de fondo el desabasto de medicamentos y que la solución se transparente ante los ojos de todos los sonorenses.
Hay quienes dicen que la Huelga tomó por sorpresa a varios y que por eso no hayan la forma correcta de reaccionar ante esta eventualidad. Yo diría que es una oportunidad para demostrar de qué estamos hechos tanto los trabajadores universitarios como las autoridades responsables de buscarle una solución a este conflicto.
Por Isabel Dorado Auz.
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