Llevan días las negociaciones entre las autoridades de la Universidad de Sonora y las autoridades del ISSSTESON, nos reportan vía redes sociales. Nos informan que las reuniones tienen como objetivo encontrar mecanismos que permitan a la institución educativa cumplir con las cuotas y aportaciones que estipula la Ley 38. Surge entonces la pregunta, ¿conocen las autoridades el sentir de los universitarios, para estar negociando algo sin consultarlos?

Foto: Rafael Trujano.

Hagamos un poco de historia, la modificación a la Ley 38 se llevó a cabo en el periodo de consolidación del sistema neoliberal en nuestro país, bajo un gobierno federal panista y en el estado “gobernaba” Eduardo Bours Castelo, uno de los empresarios sonorenses que han sido acusados de evadir impuestos y cuya fortuna ha sido cuestionada hasta por medios informativos internacionales. La modificación a la Ley 38 fue una imposición a la clase trabajadora, por eso el sindicalismo universitario la rechazó permanentemente logrando que permaneciera vigente el convenio de 1990 que nos rige hasta el momento.

Bours y Beltrones debieran ser considerados personan non gratas en la Universidad de Sonora por el daño que le han ocasionado. Beltrones por quitarnos la Autonomía universitaria, al imponernos la Junta Universitaria cuando se aprobó la Ley 4, con la cual los “químicos” se hicieron del poder político y aseguraron su permanencia desde 1991. Bours quiso quitarle de encima la responsabilidad al Estado de la seguridad social incrementando de manera escandalosa las aportaciones porcentuales de los trabajadores para cubrir ese rubro modificando la Ley 38. De esa manera, la seguridad social se regiría bajo el esquema del neoliberalismo entrando de lleno a la filosofía del mercado.


Foto: Rafael Trujano.

Era razonable esperar una reacción firme de los trabajadores universitarios. Fue por eso que la Ley 38 modificada no ha tomado vigencia en la Universidad de Sonora. Por eso mismo, resulta extraño que se diga que nuestro rector está viendo la forma de cumplir con las cuotas y aportaciones que estipula la Ley mencionada. Aquí cabe preguntar, ¿estamos de acuerdo los universitarios con este proceder?, ¿vamos a someternos al convenio leonino que nos quiere imponer el ISSSTESON?

No hace mucho me comentaba el profesor Joel Montoya que en un tiempo tuvo la inquietud de convocar a los secretarios generales previos que ha tenido el STAUS para nutrirnos de sus experiencias y no cometer los mismos errores. Aunque tal ejercicio no pudo llevarse a cabo, creo que es el momento de intentarlo y convocar también a otros liderazgos sindicalistas para afrontar, con mayor conocimiento de causa, esta nueva intentona del gobierno estatal por dañar los cada vez más diezmados bolsillos de los trabajadores universitarios. Sería interesante saber si esos liderazgos aceptarían la Ley 38 modificada en tiempos de la cuarta transformación. Esto es, aceptar el remedio neoliberal después del proceso electoral del 1 de julio del año pasado.


Foto: Rafael Trujano.

Se hace necesario también la conformación de una Comisión Plural sindical que analice de fondo la problemática del ISSSTESON desde varios puntos de vista. No solo debe cuidarse el perfil de quienes la integrarían sino también la representación efectiva de las diversas fuerzas que convergen al interior del sindicato. Recordemos que el actual Comité Ejecutivo logró menos del 50% de la votación, sin embargo, en la vía de los hechos asume prácticamente el 100% de las decisiones relacionadas con la problemática sindicalista. Es obvio que requerimos UNIDAD y una manera efectiva de impulsarla es a través de la INCLUSIÓN de todas las voces posibles.

Por: Isabel Dorado Auz.

auz3@correom.uson.mx