Alejandro Valenzuela/Vícam Switch

Un día de estos me maravillé con el realismo mágico del presidente: dijo que la percepción de inseguridad había bajado a su menor nivel en 10 años… Pensé en lo que significa vivir en un Palacio (en una torre de marfil, como se decía antes), rodeado de soldados, viendo el mundo color de rosa.

Lo platiqué con un amigo obradorista, y me dijo que eso es lo que muestra el índice general que emite el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. La violencia, dice mi amigo, es como la inflación: si se mide con unos cuantos productos, parecería más alta.

Efectivamente, el índice inflacionario se mide con 2500 productos en las 100 principales ciudades (tiene desde frijol y tortillas hasta joyas de lujo y camionetas 4×4). Medida así, la inflación anda en alrededor de 4.5%… Sin embargo, si se tomaran sólo los bienes que consumen todos, incluyendo los más pobres (no más de 300), la inflación andaría cercana al 50%. Por eso, los que consumen menos bienes (los pobres), sufren más la inflación que los que consumen muchos (los ricos)…

Es lo mismo con la violencia: el índice general dice que la violencia ha bajado (aunque habría que preguntarse si esa reducción se debe a la estrategia del gobierno o a factores meramente fortuitos). Pero si se midiera desde los pueblos y ciudades pequeñas o se sectorizara al país, la percepción sería otra…

La violencia es como la inflación, que afecta a los que tienen menos recursos para protegerse.

Publicado originalmente https://www.facebook.com/alejandro.valenzuela.7921