Isabel Dorado Auz
Después de los tres Foros que, de manera apresurada organizó el Congreso del Estado, acudieron estudiantes y profesores al recinto legislativo para exigir que se les tome en cuenta en el proceso de elaboración de la nueva ley para nuestra máxima casa de estudios.
En esta ocasión, se escuchó fuerte la voz de l@s estudiantes en un ambiente de algarabía ya que se sentían identificad@s entre sí y buscaron, a través de sus discursos, hacer visible la inconformidad estudiantil, en un evento convocado de manera conjunta con la dirigencia del STAUS con la participación, en esta ocasión, del grupo Ciencia y Sociedad.
Aunque hubo discursos por parte de los académicos, quiero resaltar el ímpetu juvenil, ya que mostraron una gran necesidad de expresarse y dar a conocer lo que, desde su perspectiva, no se está haciendo bien en la Universidad de Sonora. La mayoría de quienes tomaron la palabra, se apoyaban en sus teléfonos celulares, donde revisaban el discurso que habían preparado, para dar a conocer sus ideas y, en no pocos casos, la emoción los embargó alargando sus discursos más allá de lo que seguramente tenían programado.
Democracia y gratuidad de la educación superior fueron las principales demandas: exigieron mayor inclusión en la toma de decisiones y que se garantice la educación gratuita eliminando las cuotas impuestas por la ley 4. También hubo tiempo para solicitar protocolos de atención a las denuncias de violencia de género; que se elimine el examen de egreso, para que sean Ell@s quienes decidan la forma en que quieren titularse; hubo hasta quejas de que era común que no hubiera papel de baño en los sanitarios; solicitaron que funcionen los proyectores y que no falle el Wi-Fi.
También se dieron tiempo para responder, en forma de réplica, a un comunicado que en la víspera había dado a conocer la rectora Rita Plancarte. Dirían que es falso que la gratuidad de la educación superior no está asociada ni depende del cambio de ley, dado que fue la ley 4 la que impuso las cuotas. También reclamarían que no se hable de inestabilidad política cuando se está solicitando que se democratice la Universidad de Sonora, donde la parte estudiantil tenga una mayor representación en los órganos de gobierno y, por supuesto, criticaron la intentona de que permanezca la Junta de Gobierno, cambiándole de nombre a la Junta Universitaria y llamándola, ahora, Consejo de Gobierno. Le pidieron que no hablara de confrontaciones políticas estériles en un intento por descalificar las manifestaciones de protesta que se han realizado en los últimos meses y que avizoran continuaran en caso de que el Congreso del Estado no tome cartas en el asunto.
Pareciera que reviven aquellos tiempos de 1991, cuando un gran número de estudiantes, agrupados en el Consejo Estudiantil de la Universidad de Sonora, se pronunciaron en contra de la imposición de la Ley 4 y hasta organizaron una marcha que denominaron “del Desierto al Zocalo”, misma que aún se recuerda como una expresión extrema de rechazo a la imposición de la ley Beltrones.
Por lo mismo, parece también, que habrá un rechazo rotundo a cualquier intento de una nueva imposición, sobretodo si se pretende aprobar esta “nueva” ley que no es otra cosa que la continuación de la ley Beltrones, con otro nombre, prevaleciendo la antidemocracia, el cobro de cuotas, los exámenes de admisión y solo cambiándole de nombre a los órganos de dirección que permitieron el enquistamiento de una burocracia dorada que domina un solo grupo desde 1991, mismo al que se pretende desplazar para que lleguen nuevos dueños a dirigir a nuestra Alma Mater.
Regresó la voz de l@s estudiantes, veremos si la 4T está al nivel de dar una respuesta positiva a las demandas de la comunidad universitaria. Esta semana será clave.
Imagen: STAUS.
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