Padrés y su gabinete llegaron con una actitud de ser transitorios, por lo tanto, había que sacar el máximo posible de beneficio personal sin importar el aumento de la deuda pública del Estado o los municipios donde gobernaban; una deuda financiera que además se traduce en una serie de deudas sociales que dejan a Sonora en una situación de franca vulnerabilidad ante todo lo que se vienen a nivel mundial.
Por: Jorge Tadeo Vargas
El Partido Acción Nacional (PAN) llegó a la gubernatura del Estado de en le 2009 por lo que se conoce comúnmente como “voto de castigo”; lección que los votantes sonorenses le dieron al PRI por la responsabilidad que Eduardo Bours tuvo como gobernador del Estado ante el crimen cometido en la guardería ABC con la muerte de 49 niños y niñas y más de 70 lesionados/as; donde el mínimo de culpabilidad de esa administración es la complicidad y la falta de justicia para las víctimas. La deuda de más de mil millones de pesos que dejo el gobierno de Bours con el Plan Sonora Proyecta (PSP) pasó a segundo término para la mayoría de los ciudadanos.
El PAN llegó con la figura de Guillermo Padrés; mismo que baso toda su campaña en crear un personaje mediático capaz de venderse, como en muchos otros Estados del país lo hicieron otros candidatos que a la par se convirtieron en funcionarios públicos. Tanto las elecciones como su trabajo pasaron a ser asunto de marketing, de mercadotecnia, donde lo importante es doblar un poco la verdad o mentir descaradamente en aras de vender un producto. Los partidos lo tienen muy claro, gobernar es un negocio, son marcas registradas. Como votantes aun no lo tenemos muy claro y nos tragamos toda la publicidad electoral y de gobierno. La política foxista puesta en marcha. No proponemos, no gobernamos; vendemos un producto. Se ocupan puestos gerenciales y de una forma poco ética hacen negocios personales; no hablemos de su forma de gobierno.
El cambio de partido en el gobierno podría pensarse como algo no tan malo, es decir, los que llegan deben o deberían asegurar la continuidad de su partido al menos por un periodo más, sin embargo Padrés y su gabinete llegaron con una actitud de ser transitorios, por lo tanto, había que sacar el máximo posible de beneficio personal sin importar el aumento de la deuda pública del Estado o los municipios donde gobernaban; una deuda financiera que además se traduce en una serie de deudas sociales que dejan a Sonora en una situación de franca vulnerabilidad ante todo lo que se vienen a nivel mundial.
Dentro de estas deudas podemos mencionar la falta de justicia (de nuevo) para los Padres y Madres y de la guardería ABC como la primera y la mayor de todas, aunque no la única pues incluso dentro de su administración se generaron muchas más.
Acá hablaremos un poco de aquellas que tienen un carácter socio–ambiental; empezando por el mega-proyecto hidráulico Sonora SI que tuvo en el Acueducto Independencia la obra más publicitada y con más resistencia comunitaria involucrando una lucha directa de la Tribu Yaqui a la cual le costó tener presos políticos por estas obras. Este mega-proyecto dejo una severa deuda ecológica en el Estado donde el riesgo de la privatización de los Organismos Operadores de Agua Potable de las ciudades más importantes del Sonora ya comienza a convertirse en realidad.
También dejo ver un profundo desprecio a los pueblos originarios no solo por el Acueducto Independencia, sino por la construcción de la Presa Bicentenario Los Pilares en territorio Guarijio; donde la represión y la intimidación fueron parte fundamental para llevar a cabo el proyecto (que aún no está terminado) poniendo en jaque todo el territorio Guarijio. El Sonora SI ha contribuido para que el Estado entre en una crisis hídrica y climática difícil de sobrellevar y donde las predicciones del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas prevé que para el 2030, un 30 por ciento del territorio cultivable se perderá por la falta de agua, mientras que un tercio de la población será desplazada por la misma situación.
El aumento del uso de agrotóxicos en la Cuenca del Rio Sonora se le suma el derrame de más de 40,000 metros cúbicos de químicos provenientes de la Mina Buenavista del Cobre propiedad de Grupo México; ocasionando el desastre ecológico más grande en toda la historia de la minería en el país. Padrés y su gabinete se van sin haber resuelto esta contingencia ambiental, con una multa irrisoria para los culpables y donde la reparación, la remediación y recuperación de la Cuenca se antojan imposibles, al menos desde la voluntad política de los gobiernos en turno y en llegada.
Al contrario lo que se observa es que los problemas de salud ambiental irán agravándose sin llegar a la solución adecuada. El tema se convirtió en botín político para la mayoría de los participantes donde las comunidades siguen asumiendo los costos socio-ambientales del problema. Si a esto le sumamos que deja al Estado con el mayor número de concesiones mineras en toda la historia de Sonora, bueno, se antoja para que esto se convierta en una terrorífica historia que contar.
Se podrían mencionar muchas más de estas deudas que deja esta administración, incluso aquellas que ya están en las noticias, pero centrarnos en estas dos que son enormes y desde la lógica de Padrés, integrales; nos dejan claro su contribución a la deuda ecológica que están acrecentando y donde la crisis hídrica es la más importante por las mismas condiciones geográficas del Estado. Aunque las lluvias actuales no nos permitan ser pesimistas, la crisis hídrica es una realidad sostenible y en aumento. Más si hablamos de contaminación del agua por metales pesados y otros contaminantes producidos por las actividades humanas.
Las deudas generadas por Padrés, se suman a la lista de aquellas producidas por los gobiernos anteriores que se van diluyendo del imaginario colectivo y social con el paso del tiempo; sus consecuencias, esas se van sumando, aumentando los impactos, las vulnerabilidades de las ciudadanas del Estados; especialmente en aquellas que están en mayor riesgo por las mismas condiciones socio-económicas, de género, entre otras.
A pesar de este panorama; Padrés se va con un descontento general, con una desaprobación histórica de su paso como gobernador; mismo que en determinados momentos se transformó en protesta social, en manifestaciones públicas, en resistencias organizadas. La mayoría esporádica y momentánea; otras se mantienen como ejemplo de resistencias y tenacidad; por lo que la pregunta obligada es: ¿las demandas y resistencias continuaran con esta nueva administración? Pensar en darles el beneficio de la duda en vez de recargar fuerzas para que estas iniciativas ciudadanas y comunitarias consigan la justicia más allá de partidos, personajes y administraciones suena como el paso a seguir. Continuar la resistencia por pequeña que sea; ya no puede ser de unos cuantos, sino la obligación de todos/as. Al fin y al cabo ya estamos encarrerados.
Foto principal: sonorasi.com