Extraído del Border Hub. Por Melva Frutos.

Con 23 años de experiencia, Magda se embarcó en una investigación sobre la impunidad en los asesinatos contra personas diverso genéricas. Garantizar respeto y la no revictimización en su historia, fue todo un reto y un enorme aprendizaje

Adoptar una visión de respeto a los derechos humanos y un lenguaje inclusivo es parte de los desafíos que hoy se suman a la formación de los periodistas.

Magda Guardiola es una reportera con una larga trayectoria, sin embargo, junto a su compañera Lucía Pérez Paz, requirió una importante preparación para desarrollar la investigación “Homicidios LGBT+ en Coahuila: los asesinatos que no se cuentan”.

Ilustraion asesiantos LGBT+
Ilustración de apertura del reportaje de Magda Guardiola y Lucía Pérez Paz. Autor: Carlos Mendoza

El mensaje con perspectiva LGBT está en cada línea, los datos mostrados presentaron una realidad que poco se devela, pero detrás de todo ello, las reporteras se enfrentaron a importantes obstáculos que superaron para lograr la publicación.

Lo más complicado fue no caer en la revictimización de las personas de la comunidad diverso genérica, explica la periodista de Saltillo, Coahuila

“Conducirnos también con los familiares, con las autoridades. El estudiar también las cuestiones legales, hasta dónde podían y tenían competencia, tanto en la Procuraduría (ahora Fiscalía), como el Poder Judicial.

“Porque el Poder Judicial nos decía que ellos no podían documentar los casos por cuestión de género, porque era discriminatorio. No hay algo en la ley que lo avale y, por el contrario, sí hay una figura legal que los jueces pueden utilizar para poder, no decir qué hacer a los abogados o a los fiscales, pero sí hacerles ver que pueden cambiar el tipo de delito, el tipo de investigación para que sea por preferencia sexual por lo que se investigue y que no se aplica”, detalla.

Magda Guardiola.
Magda Guardiola. Foto: Héctor Riojas

El reportaje publicado el pasado 21 de octubre en el Border Hub dio a conocer que la incorrecta clasificación de los crímenes contra personas LGBT+ ha generado una espiral de impunidad y esconde un trasfondo de prejuicios y odio que son el motor de esta violencia. 

La Fiscalía General de Coahuila y el Tribunal Superior de Justicia del Estado aseguran no tener registro de asesinatos contra personas diverso genéricas, pero una investigación del Border Hub logró documentar, por lo menos, 12 homicidios de este tipo de 2016 a 2020”, se lee en el artículo.

Entre otros casos, cuentan el de Michelle, una mujer trans de 60 años de edad que fue asesinada a golpes en enero de 2017 en Piedras Negras, al norte de Coahuila. Su caso continúa en trámite. 

“En Coahuila, las personas diverso genéricas pueden casarse, adoptar hijos e incluso cambiar su identidad de género, pero el Estado no las considera como víctimas de crímenes de odio.

“El prejuicio dentro de muchas fiscalías es tan grande que invisibiliza sus asesinatos”, advierte en el texto. 

Las periodistas demostraron que, en Coahuila, el Código Penal contempla agravar un homicidio “por preferencia sexual”, pero es casi imposible que esto ocurra y, además, delimitarlo a este término deja fuera a una parte importante de la comunidad al excluir identidad o expresión de género, real o percibida, de acuerdo con la Corte Interamericana de Derechos Humanos.  

Al cuestionar a la Fiscalía General del Estado y al Poder Judicial de Coahuila, las dependencias les aseguraron, mediante diferentes solicitudes de información, que no cuentan con carpetas de investigación abiertas, ni con sentencias por homicidios cometidos contra personas sexo genéricas.

“Contrario a esas afirmaciones, la asociación civil San Aelredo tiene un registro de 19 homicidios de este tipo y esta investigación, realizada con el apoyo del Border Hub, logró documentar 12 asesinatos ocurridos en cinco años”, describe el reportaje. 

Ilustración: Carlos Mendoza.

Al salir de la primera entrevista que realizaron para su investigación quedaron con un sentimiento de miedo, admite Magda Guardiola.

Habían conversado con una activista. La charla les mostró un camino que desconocían. Era un reto importante que debían tomar con mucho respeto. 

“Porque es un tema complicado, es un tema tabú, le dije (a Lucía), y tenemos que ser muy cuidadosas. 

“Porque no se trata de revictimizar a las personas. No se trata de hacerles más daño del que ya les han hecho, porque han pasado hasta 10 años y no tienen una sentencia, una investigación que confirme algo”, explica la reportera. 

Recuerda que hacer un trabajo de esa calidad implicó aprender la terminología y la diversidad de grupos que forman la comunidad LBGT+.

“Identificarlos, tratar con ellos, con elles. Entender por qué ‘elle, ella, él’. Es todo esto que a lo mejor a la gente le parece, pues, moda, algo nuevo, pero cuando ya te adentras, conoces, comprendes, dices ‘híjole’, tienes que tener una sensibilidad bien especial para poder tratarlo y no lastimar”, agrega la veterana corresponsal de Radio Fórmula, El financiero, Uno TV, Imagen y Univisión

Cuando Lucía Pérez, quien da cobertura a los colectivos defensores de Derechos Humanos, llegó a proponerle que juntas realizaran la investigación, Magda recién había concluido un diplomado de Periodismo para la Justicia en la UNAM.  

Todo se conjugó. Se repartieron las tareas. Mientras Magda revisaba el tema legal y enviaba solicitudes de información, Lucía Pérez analizaba datos.

Para construir la base de datos tomaron un boceto muy completo que Magda Guardiola había construido en su diplomado. 

“(Contenía) la fecha de cuándo ocurrió el homicidio, el lugar, el nombre de la persona. Le agregamos algunas cosas, como la identidad de género, que es justo de lo que versa el reportaje, la liga donde haya aparecido (del medio de comunicación), copiamos en Word también (la nota) para tener todo guardado y que no se nos fuera perder.

“Algunas notas, si traían, acomodábamos ahí el número de expediente, el arma con la que se cometió el homicidio, si había o no detenidos, si estaba en proceso o si ya tenía alguna sentencia”, describe. 

Es así como se dieron cuenta de que en todos los casos archivados no había más que tres sentencias, explica, y en ninguna se tomó el agravante de crimen de género. “Eran más bien con agravantes de robo, una incluso era de ensañamiento”.

La mentoría de Daniela Guazo les ayudó a crear una metodología para su base de datos, agrega. Cuando usaron el Excel, dejaron por escribo la razón del haber incluido cada casilla. 

“En principio (fue) una cuestión para entendernos entre las tres, como para tener un vínculo con lo que íbamos trabajando, pero al final sirvió muchísimo para no perdernos, porque luego se te traspapela, se te olvida por qué escribiste eso, o lo escribí en una libreta y se me perdió la libreta, o ya no sé dónde quedó la hoja. Así lo teníamos más preciso y nos fuimos siguiendo todo lo que íbamos encontrando”, expone.  

Magda Guardiola.
Magda Guardiola, durante un receso en una de sus coberturas. Foto: Noé López.

A 23 años de que inició su carrera como periodista y 12 como corresponsal, analiza que es en esta etapa cuando ha podido tener espacio para enfocarse en hacer periodismo independiente de investigación.

En su trayectoria, la periodista coahuilense ha trabajado en El Diario de Saltillo, en Vanguardia, en Radio XEKS. También estuvo en El Siglo de Torreón, en la televisora RCG y en radio y televisión de Multimedios.

Advierte que, a pesar de la pericia que le han dejado los años en este medio, siempre hay nuevos retos a los cuales enfrentarse.  

En esta ocasión ella y su compañera acogieron una actitud estricta de respeto a los derechos humanos y la no revictimización. Se adaptaron a las condiciones de los entrevistados.

“Fue algo muy fuerte para nosotras, porque accedían a la entrevista sin cámara, sin otra cosa más que grabadora o por videollamada pero (pedían) que, por favor, no grabáramos.

“Porque ya era como muy penoso el hecho de que habían asesinado a su familiar y luego sentían mucha más vergüenza al estar relatando todo lo que habían pasado”, describe. 

Incluso, al tener ya algunas entrevistas realizadas se enfrentaron a que las familias de las víctimas cambiaban de opinión y pedían que no revelaran su historia. 

La cristalización de reportajes de tal nivel ha sido gracias a la preparación constante que ha tenido, puntualiza, pues se ha capacitado con periodistas de primer nivel en la Ciudad de México, fue becaria de Mexicanos contra la Corrupción y ha recibido dos veces una beca del Border Hub.

Junto a Lucía Pérez y Camelia Muñoz recibió una mención honorífica en el Premio del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte 2020, por su reportaje “ICAI, cómplice de la opacidad en Coahuila”.

Sin dejar ver de qué van, sugiere que en los próximos meses se adentrarán en la investigación de nuevas historias de esa parte del país.