Música a Quemarropa, reseñas a bote pronto: 3-8 de Junio

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Goat Girl – Below The Waste: En el 2021, Israel Martínez me mandó un mensaje con un enlace donde me decía: “colega, pienso que estas chicas le pueden gustar”. La di click y tenía razón, ese Indie Folk con ciertos residuos Country me pareció de lo mejor. Conseguí si disco debut y desde entonces les he seguido la pista.

Hoy tienen un nuevo disco, con un título que dice más de un simple nombre para un disco, refleja el sentimiento de esta banda inglesa en estos años tan revueltos y confusos, un disco que en sí mismo es un sentimiento algo tan complicado de hacer que solo gente de la talla de Neil Young, PJ Harvey, Jodi Mitchell son capaces de lograr.

Si bien Below The Waste musicalmente es mucho más complejo que si disco anterior –All on Fours– haciendo un recorrido por sonidos, digamos más actuales como el Slowcore, el Power Pop, incluso algunos sonidos de –eso tan odioso para mí- Post Punk y Electrónico, como en Motorway, una canción a todas luces Synth-Pop, la esencia de lo que son este cuarteto inglés se mantiene.

Evan Honer – Figthing For: Después de una serie de EPs con las canciones que compondrían este disco, Evan finalmente sale el disco completo, dejando claro lo que ya sabíamos gracias a la estrategia de ir publicándolo de a poco. Evan Honer está por encima de muchos de sus contemporáneos en el Country Alternativo, aunque su decisión de mantenerse en una disquera independiente no le esté dando la proyección de otros músicos un tanto sobrevalorados –como Waitt Flores, por ejemplo-

Dieciséis canciones llenas de Country Alternativo, de Folk, de letras que nos hablan de introspección, nostalgia, desamor, esperanza, pero desde una perspectiva distinta a la que lo hace Arlo McKinley, es decir una generación con más desesperanza, al vivir en un mundo sin futuro. Sin duda este será uno de los mejores discos del año.

Josh Meloy – Where You Came From: Tercer disco de uno de los mejores exponentes del Country en estos tiempos de nirvalización del género y el cual se tomó cuatro años para componer y grabarlo, es decir, se la lleva tranquila pues a pesar de su juventud, no siente que tenga nada que demostrar.

Un disco del sur en toda la extensión de la palabra, mezclando desde el Country –en muchos de sus subgéneros- con el Folk, el Blues, creando el sonido perfecto para las letras que nos hablan no solo de perdidas, sino esa saudade por los seres queridos, los que se fueron, los que están lejos y los que aun estando cerca se extrañan por distintos motivos.

Un disco que supera por mucho lo esperado y que muestra a un Meloy mucho más maduro al momento de componer, más creativo, pero no por eso alejado de sus raíces y eso me parece importante recalcar, un gran disco que pone a ese nativo de Oklahoma al nivel que se merece: como un digno sucesor de John Moreland, aunque de este último aun tengamos para rato.

Shaboozey – Where I’ve Been isn’t Where I’m Going: Después del intento del Mainstream por vender a Beyoncé como la “salvadora del Country”, incluso con un afán de convertir el género en un subgénero de la música afroamericana, intentando –de nuevo- hacer una crítica a la supuesta apropiación blanca de un género “negro”, esos intentos de darle un carácter políticamente correcto a la realidad, es que llega Shaboozey con su tercer disco, que suena mucho más honesta que el de la reina del Pop Afro.

Con varias colaboraciones entre las que destaco la que hizo con Noah Cyrus, miembro de esa realeza Country representada por Miley Cyrus y su padre Billy Ray, el cantante nigeriano-estadunidense, nos regala un disco que tiene como base el Country, pero se permite jugar con géneros musicales como el Trap, en Piano Bar o la electrónica en Finally Over, haciendo de este disco una producción muy interesante.

Más allá de las declaraciones de Shaboozey comparando el Country –especialmente el Outlaw Country- con el Hip Hop, estamos ante un disco que sabe mezclar dos estilos sin la terca necedad “woke” de convertir todo en una declaración de principios y eso es lo mejor de este disco, el cual seguramente escalará muchas listas de periodistas musicales que sienten la necesidad de complacer a una parte del “gran público” con reseñas sin corazón, olvidando la música por las horribles comparaciones.

Joanna Serrat – Big Wave: Lo primero que me viene a la cabeza mientras escucho la nueva producción de Joanna es ¿En algún esta mujer sacará un disco que no sea simplemente genial? Lo segundo es que siendo un disco tan dispar de sus producciones anteriores –incluido lo que ha hecho con ha grabado con Riders of The Caynon– es si Joanna es capaz de hacer música sin etiquetas, simplemente haciendo lo que la nace en el momento más allá de etiquetas o ideas preconcebidas de lo que tiene que ser la música.

Big Wave es sin duda uno de los mejores discos del 2024 y Joanna se atreve a ir más allá de lo que había venido haciendo en toda su trayectoria, dándonos un disco más cercano al Dream Pop, que al Folk, al Country Alternativo, pero sin perder su estilo, su sello característico, es decir, desde que escuchamos The Cord, una de las mejores canciones del disco hasta The Ocean, Joanna Serrat, nos invita a escuchar lo mejor de ella en estos momentos, como siempre con letras que alcanzan el nivel de poesía, de pesar, de nostalgia, de realidad.

En las once canciones que componen Big Waves, nos vamos transportando a un viaje en el cual acompañados por la cantante vamos subiendo y bajando por sentimientos, por imágenes pintadas con ese talento al cual la catalana nos tiene acostumbrados.

¿Lo mejor de Joanna Serrat? Bueno, eso digo en cada uno de sus discos y lo que me agrada es que aún no vemos hasta dónde puede llegar con su talento.

Desde el (auto) exilio en las montañas de Klatch City

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