Días del Futuro Pasado 124

“menos activismo de escaparate, más activismo de combate”

Frodo

Jorge Tadeo Vargas

La crisis climática es un hecho innegable que va dejando una serie de impactos en la naturaleza y las comunidades humanas más vulneradas por el sistema de clases y su modelo de producción-consumo. Quien intente negar esto o es muy ignorante o tiene intereses muy específicos para decir que no existe, de cualquier forma, hacerlo es irresponsable.

Sin embargo, para entender mejor esta crisis, debemos de ir más allá que el discurso reduccionista en el que se culpa de todos los impactos socio-ecológicos al cambio climático así en abstracto, sin cuestionar la raíz de todo lo que estamos viviendo. Decir o culpar a este fenómeno meteorológico (en términos prácticos es lo que es el cambio climático) global sin hablar de todo lo que conlleva, es igual de irresponsable que el discurso negacionista.

Lo primero que tenemos que hacer es un cambio de paradigma donde el cambio climático -no la crisis- sea visto primero como una consecuencia de la devastación ecológica que el modelo de producción-consumo he hecho en los últimos cincuenta años, para así poder verlo como una causa de muchas -pero no todas- problemáticas socio-ambientales que estamos viviendo, es decir, entender que los procesos antropocéntricos que afectan el clima de forma global son una parte de la crisis socio-ecológica que tiene en su raíz primera la pérdida de ecosistemas.

Estas reflexiones las escribo mientras se cumple una semana del paso del huracán Otis por las costas de Guerrero, dejando varios municipios entre ellos Acapulco en una emergencia socioambiental histórica. A esto se le suma la noticia que, en Tabasco, la comunidad de Los Bosques está siendo evacuada por el aumento del mar en sus costas inundando gran parte de la comunidad, con lo que justo me aparecen dos formas muy desafortunadas de ejemplificar la diferencia entre causa y consecuencia climática.

Primero hay que decir que si bien Otis como fenómeno meteorológico, tuvo un comportamiento “extraño”, tampoco es atípico, pues desde el 2005, huracanes de categoría tres hacia arriba han tenido comportamientos parecidos con resultados igual de desastrosos y devastadores en otros países, principalmente en Estados Unidos y algunos estados insulares como Puerto Rico, Cuba, República Dominicana, entre otros y aunque hay muchos factores, digamos, que no se había presentado antes en un fenómeno como este que se dieron con Otis, gran parte de estos factores se deben más a los impactos antropocéntricos que han sufrido los mares y las costas, principalmente con la pesca industrial, la extracción de petróleo y el turismo de sol y playa.

Entonces, sin entrar en muchos detalles de lo ocurrido en Guerrero, por razones que no son de importancia para este texto, tanto con Otis como en otros huracanes que han golpeado islas y costas en los últimos veinte años, el factor cambio climático es importante, principalmente para entender los comportamientos de estos fenómenos meteorológicos e intentar poner en marcha planes de alerta temprana, acciones de evacuación y de adaptación. Es mucho más importante tener en cuenta la devastación ecosistémica de las costas en particular y de las cuencas en general, pues no debemos de olvidar que en estos casos la mayoría de los ríos están conectados con las costas y esta interconexión tiene una relación delicada e importantísima en regular muchas dinámicas, tanto desde el delta como rio arriba y viceversa.

Por otro lado, en el caso de Los Bosques en Tabasco la situación es un tanto más compleja, pues esta es una de las tantas comunidades/municipios de este estado que están bajo el nivel del mar, por lo que las inundaciones por el aumento de las mareas ha sido una constante; ahora con los cambios climáticos esto no solo está en aumento, sino que se prevé que comunidades como esta en unos años queden bajo el mar, por lo que estamos ante una problemática que tiene como causa la crisis climática, pero que de no actuar ante lo que se viene se convertirá en una emergencia socioambiental.

Continuar hablando del cambio climático en abstracto como la causa de todas las emergencias socioambientales y del aumento de la intensidad de los fenómenos meteorológicos no sirve de mucho para la implementación de acciones de adaptación que vayan más allá de la crisis climática. Tampoco sirve de mucho repetir el discurso gastado de “NO A LOS COMBUSTIBLES FÓSILES, SI A LAS RENOVABLES”. Esto solo sirve para mantener una agenda desde el sistema, es una crítica de escaparate que sirve para mantener al sistema maquillado de verde, sin cuestionar de raíz las problemáticas que nos tienen al borde del colapso socio-ecológico.

También es importante mencionar que estos discursos vacíos, junto con las necesidades de las poblaciones afectadas por una emergencia de este tipo, se aprovechan para poner en marcha políticas desde la Doctrina del Shock como llama Naomi Klein a este factor que ante fenómenos de este tipo, el capitalismo tardío se beneficia poniendo en marcha proyectos mucho más agresivos; eso lo vemos en algunas islas del sur que bajo el discurso del cambio climático están desalojando a comunidades para darle paso al turismo, uno pintado de verde, pero igual de agresivo.

Entender al cambio climático como una arista más de la crisis socio-ecológica que estamos viviendo y que tiene sus consecuencias en toda la naturaleza de forma global, los procesos de restauración ecosistémica y comunitarios locales son los únicos que pueden paliar esta crisis y esto solo puede ocurrir si entendemos que estos procesos comunitarios son la única forma de implementar acciones de adaptación, es decir, recuperar el pienso globalmente actúa localmente como parte de una práctica diaria.

Noviembre, 2023

Desde la periferia en Elisyum

Jorge Tadeo Vargas; activista, escritor, traductor, anarquista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena. Desde hace años construye una caja de herramientas para sobrevivir.

A veces viaja a Mundodisco.