Para los obispos, esta “pacificación” en la capital de Guerrero fue iniciativa de los líderes de ambos grupos delictivos, quienes, señalaron, estaban a punto de enfrentarse dentro de la ciudad por el control de permisos y unidades de transporte.
Texto: Redacción Animal Político
Foto: Amapola Periodismo/Archivo
Los obispos y padres de Guerrero han decidido intervenir, para intentar negociar con líderes de grupos delictivos una tregua de paz, ante la crisis de violencia que atraviesa la entidad.
El más reciente es un posible acuerdo entre los grupos delictivos que se disputan Chilpancingo, la capital de Guerrero: Los Tlacos y Los Ardillos.
Esta tregua se alcanzó este 14 de febrero, tras un diálogo mediado por el sacerdote José Filiberto Velázquez, director del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello.
En entrevista con Azucena Uresti, para Grupo Fórmula, Filiberto Velázquez sostuvo que líderes de Los Tlacos y Los Ardillos, entre ellos Celso Ortega―quien fue exhibido en videos con la alcaldesa Norma Otilia Hernandez―, dialogaron para acordar un pacto de no agresión y respeto de “sus negocios”.
“Por iniciativa de Los Tlacos hubo un acercamiento con Los Ardillos y un diálogo entre ellos. En ese acuerdo no estuvieron los obispos, fue a mi a quien me pidieron el acercamiento, fue una negociación entre ellos, yo fui el conducto para que se acercaran por teléfono”, dijo el sacerdote.
De acuerdo con Velázquez, ambos grupos delictivos llegaron a un acuerdo de “no agresión y respetarse sus negocios” de carne, pollo, huevo, abarrotes y de transporte; “esto ya es una economía basada en cuestiones legales manejada por personas al margen de la ley”, explicó.
Chilpancingo en paz, por ahora
Para el obispo emérito de Chilpancingo y Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, esta “pacificación” en la capital del estado fue iniciativa de los líderes de ambos grupos delictivos, quienes, dijo, estaban a punto de enfrentarse dentro de la ciudad por el control de permisos y unidades de transporte.
“Así es como viene esta tregua, por el control de los taxis, de las urban, el control de todo ese detalle y lo peor es que el gobierno les va a conceder o ya les concedió 125 permisos nuevos entonces estaban viendo cuántos permisos para cada lado”, dijo el obispo en entrevista con Mario Campos en Ibero Radio.
En lo que va del 2024, varias ciudades del estado, entre ellas Chilpancingo, Acapulco, Taxco y Chilapa, han suspendido los servicios de transporte, ante los ataques, extorsiones y asesinatos contra transportistas.
El obispo incluso señala una posible intervención de la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, a quien le pide intervenir más en el caso.
“El mérito es de estos dos capos que se pusieron de acuerdo y muy posiblemente tuvo que ver la gobernadora que obligó a uno de estos grupos a pactar esta tregua”, dijo el religioso.
“Abiertamente a mí me lo dijeron: ‘ahorita fue el arreglo de la ruta del transporte’ ya vendrán porque estos grupo siguen ahí y de seguro las extorsiones, los secuestros, los asesinatos van a seguir, pero yo creo que este primer arreglo que se hizo y aquí animo a las autoridades a la gobernadora que puedan ir entiendo un poco más la mano el orden en el estado y sobre todo la capital. Por lo menos va a poder respirar, la gente ahorita se va a poder mover, ir a la escuela,el comercio se va a activar, que se acabe el problema en Guerrero, no creo”, insistió.
Acuerdo de paz, al segundo intento de obispos en Guerrero
El sacerdote José Filiberto Velázquez sostuvo que este segundo intento de pacificación vino tras un desacuerdo hace cuatro semanas entre grupos delictivos, donde se reunieron con obispos líderes de Los Tlacos y de La Familia Michoacana.
“Ahí fue donde no hubo acuerdos, no es que haya sido un fracaso, eso ayudó que siguiera haciendo una comunicación”, precisó el sacerdote, quien dijo que la tregua de paz durará lo que los grupos criminales estén dispuestos a respetarse y aclaró que él y el centro de derechos humanos están al margen de las negociaciones.
El diálogo iniciado por este sacerdote y director del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello es diferente al que tuvieron los cuatro obispos de Guerrero que fue dado a conocer por el grupo de obispos el pasado 14 de febrero en una conferencia de prensa.
José de Jesús González Hernández, obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, informó que los obispos se reunieron con dichos líderes criminales para buscar la paz en la entidad pero no se logró porque “pedían una tregua con sus condiciones” y esto no fue de “agrado” para algunos de los participantes.
El obispo señaló que los jefes delictivos están movidos por la ambición, el dinero, el cobro, el poder y el territorio, y por eso no lograron una tregua pero seguirán buscando espacios de diálogo para la paz en Guerrero.
Uno de los cuatro obispos señaló que del lado de La Familia Michoacana había notado más apertura y que lo que buscaban con ellos era que sus enfrentamientos no afectaran a la población y detener las extorsiones.
El acercamiento con líderes delictivos de Guerrero ocurrió después de su encuentro con el papa Francisco en el Vaticano, en junio del año pasado, quien los autorizó a intervenir en el tema y les dijo que invitaran a hacer lo mismo a más miembros de la Conferencia Episcopal Mexicana.
Los Tlacos y La Familia Michoacana llevan años peleando zonas del centro y la sierra de Guerrero, como Taxco, Iguala y comunidades cercanas a Tlacotepec, cabecera municipal de Heliodoro Castillo.
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