Por: Magy O López

Tomando en cuenta el seno familiar del que provengo: patriarcal, heteronormado, represor y doble moral, esta señora representaba para la cabeza de la familia, o sea mi abuela, la expresión de la frustración colérica en contra del macho golpeador que se hospedaba en casa 🤜🏽 .

Lo ponía a todo volumen en la casetera del dormitorio comedor, porque obvio padecíamos confinamiento, y compartíamos una habitación para varios fines, por lo que éramos protagonistas de disputas y enfrentamientos constantes dónde cuando llegaba el abuelo de la chamba apagaba “esa chingadera, con las leperadas de esa señora resentida” ¡jajaja! se sentía estrangulado y aludido al mil por ciento y Hermelinda, mi abuela, lo hacía intencionalmente como una especie de revancha.

A los años, mi abuelo ya no recuerda lo macho que fue ni cómo lo fue, a Paquita, de la que ayer hablaban en la tv dando la nota de su desceso, tampoco la recuerda y a mi abuelita se le quedó grabado ese mérito de que las mujeres pueden ser sin los hombres como condena.

Gran trayectoria de Paquita en un país tan misógino como este, se destaco en varias artes aparte de la cantada, era cocinera por eso el despunte de su restaurante en la popular y arrabalera Colonia Guerrero; empresaria ya que se dirigió la carrera, y soltera empedernida porque motivos de sobra tenía.

Antiabortista, y también estaba en contra de las familias homoparentales o sea, bastante conservadora la ñora pero bueno, abrazamos su obscuridad también y la aventamos al retrete porque defectos todos tenemos.

Así que descanse en furia la doña que bien merecido lo tiene… ❤️‍🩹