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#DiasdelFuturoPasado Vol. 55

Jorge Tadeo Vargas

El júbilo por la derrota republicana en las pasadas elecciones norteamericanas se ha visto opacado por la felicidad de saber que Donald Trump se va de la presidencia, además de las redes sociales, aunque de estas últimas solo sea por un tiempo -posiblemente cuando este texto vea la luz ya esté de regreso- de pronto se volvió más importante que la figura de este hate gona hate que lo que implicó cuatro años de poder republicano. Así es la política en tiempos de redes sociales.

Este júbilo se entiende, por cuatro años Trump sacó lo peor de los norteamericanos al mundo permitiendo que la América Profunda tuviera una mayor plataforma, sacando a relucir lo que todos sabíamos. El racismo, la homofobia, la ignorancia son vicios que se presentan en la gran mayoría de los habitantes de Estados Unidos.

Los cuatros años que acaban de pasar se van a formar parte de la historia, pero siendo honestos, si son comparados con los años de Reagan o Bush Jr. no pueden ser considerados como los años más oscuros de la historia de los Estados Unidos. No tienen un punto de comparación más allá de como la derecha con un total control hicieron lo que quisieron. La historia, los datos duros están ahí para quienes los quieran consultar. Reconocer esto no borra todo lo que se destapó estos años a manos del demonio anaranjado que gobernando desde las redes sociales se convirtió en el vocero perfecto de la América Profunda, sacando a la luz lo que todos sabían. La ignorancia es lo que mueve aquel país.

Los demócratas retoman el poder, la dupla Biden-Harris llega a la presidencia, en el Congreso todo pinta de azul, la esperanza de muchos regresa, Estados Unidos parece ser de nuevo el sueño americano, pero en realidad ¿Ahora qué sigue? Para muchos especialistas, ciudadanos estadunidenses, extranjeros preocupados por la política exterior, esto representa una recuperación tanto en lo económico como en lo social. Las primeras acciones de Biden reflejan mucha corrección política; cuidaron hasta el más mínimo detalle para convertirlo en una especie de político del pueblo en un claro intento de borrar los cuatro años de intolerancia que pasaron con este intento burdo de recordarle a la ciudadanía, esos años de Obama -con Biden como vicepresidente- en lo que la corrección política lograron ocultar todo el racismo, la violencia y hasta la política exterior criminal, devastadora, donde Wall Street reino como nunca. Trump encontró un caldo de cultivo preparado para que su discurso de odio tuviera el detonante perfecto. Una crisis socioeconómica que no hace más que aumentar.

Pero regresemos al presente, a lo que nos espera en el futuro. Revisemos un poco o desde donde pueda hacerlo la política exterior de Biden. No me corresponde hacer un análisis mínimo de la interior. Eso les toca a sus ciudadanos, a quienes vivirán con estas decisiones al menos los próximos cuatro años. Yo puedo -y lo haré- revisar hacia dónde va su idea de regresar por un lado al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y por el otro al Acuerdo de París.

Después del beef que mantuvieron Estados Unidos y China en la época trumpiana, donde claramente los más perjudicados fueron los del Norte, hay que solucionar ese problema. A Biden le toca regresar al TPP, cabildear con los demás países y tratar de apagar los fuegos que dejó ardiendo Trump. Esto no es algo bueno, para nada. Si Estados Unidos toma el control del TPP, tendrán el control de una gran parte de la región transpacífica. Ese es uno de los objetivos a cumplir de Biden. Es necesario para sus otros planes donde el Acuerdo de París, el regreso a las Conferencias de las Partes sobre Cambio Climático de la ONU (COPs) es estratégico y primordial.

Mientras Trump manejaba su discurso negacionista fortaleciendo aún más a los combustibles fósiles para sus últimos años de vida en el Tratado de Energía, la Unión Europea ha ido ganando terreno el la carrera por poner en marcha los Green New Deal que no es más que la nueva forma de capitalismo verde, esta más ligada al neo-feudalismo que al propio neoliberalismo, donde el Sur Global se convierte en su totalidad en la materia prima para la lucha del Norte “contra el cambio climático”. Esta carrera, en la que los demócratas han estado invirtiendo mucho, incluso en términos mediáticos, no por nada tienen a su política buena onda casi de izquierda Ocasio Cortez liderando de la mano de Sanders su propio Acuerdo Verde, con lo que piensan darle batalla a la Unión Europea. Y aquí es donde el TPP y el Acuerdo de París confluyen. Si Estados Unidos logra darle la vuelta a China con este acuerdo comercial, siendo el líder de este, a la par que regresan a las COPs con un proyecto mucho más aterrizado o al menos con propuestas más concretas para quienes mandan en las negociaciones, es decir, las corporaciones transnacionales, podrán darles una buena pelea a los europeos. Esa son sus dos prioridades en lo exterior. Lo demás será periférico.

Las apariencias engañan, la corrección política desde el propio sistema funciona para ocultar las miserias del actuar de quienes gobiernan. Con Biden esto es muy claro. Tener a una mujer trans encargada de salud no ayuda si no se está pensando en un sistema de salud público y gratuita. Que una afroamericana sea vicepresidente no dice nada si en su historial tiene una política migratoria racista y discriminatoria. Biden recoge lo peor de Obama y lo combina con lo peor de Trump, claro no leeremos “tweets” rabiosos, racistas, llenos de odio, pero eso no significa que no estén ahí. Hace unos días leía que las formas también son fondo. Una apreciación que no comparto, menos con Biden que en sus formas oculta a esa América Profunda que incluso él la tiene muy arraigada en su forma de vivir.

Lo que nos espera no es diferente a lo que nos dio Trump, incluso puede ser peor. Biden nos reafirma que el neo-feudalismo está por comenzar.

Resistiendo a la extinción desde las zonas de sacrificio/Elisyum

Enero 2021, segundo año de la pandemia.

Jorge Tadeo Vargas. Activista, escritor, ensayista, anarquista, biólogo, panadero casero, coordinador de LIDECS