
“No hay ningún plan para adaptarnos al descenso energético brusco que nos va a sobrevenir”
Antonio Turiel
DiasdelFuturoPasado 72
Por Jorge Tadeo Vargas
En las ultimas semanas se ha dado toda una discusión sobre la propuesta de reforma energética que ha presentado el gobierno federal. Esta propuesta tiene dos ejes centrales desde donde parte toda su idea. El primero es mantener el control de la producción de consumo y distribución de la energía eléctrica en manos del Estado. Con esto los proyectos energéticos que en este momento están en manos de la iniciativa privada (principalmente corporaciones españolas), la mayoría de ellos de energías mal llamadas limpias o renovables están en riesgo de desaparecer.
El segundo eje y es el que han ido trabajando desde la llegada de la 4T al gobierno, es el de mantener hasta el último momento a los combustibles fósiles como los productores hegemónicos de energía eléctrica, como algo que Mario Molina dijo en su momento podrían ser considerados como “energéticos de transición”. Desde aquí es que el gobierno federal mantiene y aumenta sus proyectos carboníferos, la construcción de una nueva refinería entre otras acciones que les permitan optimizar el uso del petróleo, el gas y el carbón.
Estos ejes sin lugar a duda y con mucha evidencia científica, propuestos por el gobierno federal mantienen a las “energías limpias” en fase de experimentación. Aquí vale la pena hacer un paréntesis. En México, la producción de energía eléctrica, utilizando este tipo de energías es de alrededor del treinta por ciento, con la salida de las transnacionales se reduciría hasta un catorce por ciento, por lo que la producción no es tanta, sin embargo la Comisión Federal de Electricidad (CFE) paga un buen dinero por esta energía eléctrica. Cerramos el paréntesis.
La reforma energética, maneja entonces mantener una producción energética hasta que el pico del petróleo llegue a su fin, entonces y solo entonces se plantearan buscar alternativas. Claro, esto pensando que Morena se mantenga los próximos quince años en el gobierno federal, de lo contrario, la situación se puede modificar. Aquí vale la pena recordar que cualquier reforma que se haga, se puede revertir. Nada es inamovible cuando de reformas se trata. Mas allá de ello, la propuesta del gobierno federal es desactualizada de las necesidades tanto globales, como locales ante la emergencia climática que estamos viviendo y esto ha servido para que la derecha en oposición saque a sus “especialistas” hacer declaraciones contra la reforma energética que tampoco parten de la realidad —aunque lo parezca— sino que son promovidas por el capitalismo verde y sus acciones ecofriendly.
Bajo la lógica del modelo de producción energético actual, sin modificar ni la matriz, ni las formas de distribución, podemos decir que ni el gobierno federal, ni su oposición de derecha están equivocados en sus argumentos. Pero tampoco están en lo correcto. Tanto los unos como los otros dejan muchos factores, principalmente socio-ecológicos, pues todo se ve desde la lógica economicista e incluso ahí tienen varios factores que parecen no estar considerando, especialmente si lo vemos desde una perspectiva de economía socio-ecológica. ¿Por qué digo esto? Bueno, primero, el tiempo de vida de los combustibles fósiles es de no más de quince años, por lo que construir una refinería que necesita funcionar aproximadamente treinta años para que sea redituable, es un pésimo negocio, un elefante blanco que quedará para recordarnos lo poco o nada preparados que estábamos para el descenso energético. Lo mismo pasa con el carbón. Las zonas de sacrificio que generan estas minas están en su cenit, apostar por esto es no pensar a largo plazo, algo que la 4T hace continuamente con sus proyectos. Basta ver el disparado aumento del gas, el carbón y en los últimas semanas del petróleo para entenderlo. Tener de donde obtenerlo mediante la extracción no lo hace más barato, lo hace más peligroso pues crea un espejismo de soberanía.
Por otro lado, el discurso de la derecha que presenta a las energías mal llamadas limpias como la solución a la crisis climática, y desde la iniciativa privada corre el riesgo por un lado del aumento de la extracción de nuevos materiales que se necesitan para que estas energías funcionen. El Banco Mundial ya presento algunos datos al respecto y son francamente aterradores del impacto ecológico que dejarían de llevarse a cabo como se pretende. Si a esto le sumamos que siguen pesando en que las corporaciones transnacionales debe ser las responsables de producirla nos pone en desventaja. España y su pobreza energética es algo que no queremos ver en ningún otro país del mundo.
Aquí lo importante es ir más allá de la discusión que se esta dando desde arriba, donde al final llegaran a un acuerdo beneficio para el gobierno y para la iniciativa privada; debemos plantear un debate mucho más allá, desde una verdadera transición energética justa, donde lo primero a tomar en cuenta es que la energía eléctrica tiene que ser considerada un Derecho Humano al cual todas debemos de tener acceso. No debe de considerarse un negocio, por ningún motivo. Lo segundo es que tenemos que hacer, no una reforma, sino un cambio sistémico. Me explico. Una verdadera transición energética justa debe ser municipalista, comunitaria con un profundo enfoque ecosistémico, viendo las necesidades por población, no desde un negocio, no desde la lógica del mercado, sino desde una lógica comunal. Desde ahí se puede partir para pensar en como poner en marcha proyectos cooperativos (desde la lógica del apoyo mutuo de la palabra y no de la mercantilización de esta) que entonces sí pueden ser desde paneles solares, bici máquinas y mucho otros más.
La 4T y su oposición de derecha son lo mismo; los dos pertenecen a este sistema de clases que gusta por externalizar los costos hacia la naturaleza y las poblaciones vulneradas (principalmente hacia las zonas de sacrificio) mientras internalizan los beneficios entre unos cuantos que son quienes tienen el poder económico y político tanto a nivel país como a nivel global. Ellos no buscan un cambio más allá de mantener su hegemonía, nos toca a nosotras organizarnos de otra forma para construir algo nuevo.

Desde la rebelión contra Elisyum
Octubre 2021
Jorge Tadeo es escritor, ensayista, activista, anarquista, pero principalmente panadero casero.