Aunque hay quienes piensen que el problema es más generalizado, en esta ocasión hablaré solamente de lo que concierne al Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS) para ejemplificar el reumatismo que padecemos y que parece crónico.
Conforme pasan los años el grupo que dirige al sindicato se desgasta cada vez más, con lo cual se agrava el estancamiento en la solución de diversas demandas que tienen que ver principalmente con la violación de diversas cláusulas de nuestro Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), aunado al retroceso que significó la imposición del Convenio Neoliberal del ISSSTESON, nos da muestra clara del inmovilismo sindical ante la permanente agresión de las autoridades universitarias hacia los trabajadores académicos.
Año tras año se les recuerda a los dirigentes sindicales la modificación unilateral de Estatuto del Personal Académico (EPA), pero poco o nada se hace por hacer valer lo signado en el Contrato Colectivo de Trabajo que define con claridad que cualquier modificación debe ser bajo el consentimiento de sindicato. Sin embargo, lleva años implementándose un EPA que evita la promoción e indeterminación de un gran número de docentes que llevan varios años laborando en la Universidad de Sonora. Se acordó, por ejemplo, en la pasada revisión contractual implementar una nueva fase de indeterminación, pero todavía no se inicia ese proceso y es posible que sea otra de las demandas de violación del CCT en la presente revisión salarial.
La autoridad también ha sido omisa en reconocer la antigüedad de varios profesores que se han ausentado temporalmente de la Unison, pero que de acuerdo a jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia debieran ser reconocidos esos años de trabajo previos a la ausencia temporal, situación que ha quedado bastante clara en oficios enviados por la representación jurídica del sindicato a la autoridad universitaria, pero que simple y sencillamente son ignorados los argumentos jurídicos retando al trabajador académico a que interponga la demanda respectiva ante el organismo laboral correspondiente. De tratarse colectivamente este problema, le ahorraríamos gastos innecesarios a la institución universitaria y le daríamos fortaleza a la institución sindical.
Nada de lo anterior estaría sucediendo si tuviésemos un sindicato comprometido con las demandas más sentidas de la base sindical. Solo se requiere que le demos vida interna a nuestro sindicato dándole impulso a las reuniones delegacionales y darle una nueva dinámica a las Asambleas Generales, donde curiosamente es muy raro que haya quorum y, por lo mismo, un reducido grupo de académicos, el Consejo General de Delegados, en el mejor de los casos, es el que decide permanecer en inmovilismo sindical. Por ejemplo, la Comisión Revisora ha permanecido años con pequeños cambios, a pesar de las pésimas negociaciones que se han entablado en las últimas revisiones. No solo eso, algunos de esos pésimos “negociadores” fueron premiados incorporándolos a la “nueva” dirigencia sindical. Por si fuera poco, ahora nuestros ilustres dirigentes decidieron burocratizar el proceso de integración del Pliego Petitorio y ya no aceptan que los docentes les indiquen verbalmente que retomen las violaciones al CCT no atendidas en la pasada revisión, aun y cuando persiste la misma cláusula violada.
Por lo que se ve, en el actual proceso de revisión salarial, es posible que estalle la Huelga por violaciones al CCT, dado que ha sido costumbre que se acepte el tope salarial y finalmente solo se negocian migajas en cláusulas de monto fijo para taparle el ojo al macho.
Por: Isabel Dorado Auz.*
*Miembro de Amigos y Amigas del Parque Madero, Ciudadanía Activa y es maestro universitario.
Email: auz3@correom.uson.mx