Por: Isabel Dorado Auz
Encontraron la forma de eternizarse en el poder sindical, Francisco Javier Parra Vergara y Sergio Barraza, dos personajes que no necesitan ser parte de la dirección sindical para mantener el control de esta.
Ahora proponen imponer un sindicalismo virtual que les permita garantizar el control de cualquier tipo de votación, para evitar sorpresas y garantizar que todo siga igual, aunque poco o nada resuelvan de el cúmulo de demandas que se someten en cada revisión salarial o contractual.
Prácticamente, nos dicen que la votación virtual llegó para quedarse, dado que es necesario que el 51% de los miembros activos del padrón del STAUS emitan su voto para estallar o levantar una Huelga, lo cual se facilita con la votación virtual, sistema que Ellos controlan y que pueden maniobrar acuerdo a sus intereses. En los hechos, están renunciando a la posibilidad de hacer quórum presencial, lo cual facilita enormemente la posibilidad de que las autoridades universitarias nos sigan ninguneando. Renunciar a la movilización, le resta capacidad de presión a la organización sindical, pero favorece los acuerdos en lo oscurito. Mediante la votación virtual se evitan sorpresas y siempre será factible “orientar” la elección hacia donde mejor convenga a las mafias sindicales.
Votación virtual que también promueven para las votaciones en las delegaciones. Para que se den una idea, quienes leen esta colaboración, la delegación de Matemáticas, una de las más grandes, ocupa menos de 100 votos para obtener el quórum, por lo que si no hay capacidad para que 100 personas acudan a las urnas durante una jornada de 12 horas, entonces no hay interés en que los académicos nos organicemos verdaderamente para defender nuestras conquistas laborales que permanentemente vamos perdiendo por las violaciones reiteradas al Contrato Colectivo de Trabajo.
Así es como quiere dar ejemplo de democratización nuestro sindicato, cuya dirigencia tiene meses promoviendo cambios a la Ley 4, no una nueva ley, mediante la circulación del aparato de sonido por los diferentes departamentos del campus universitario. Organizar debates no es una opción, a pesar de que el grupo Ciencia y Sociedad les hizo llegar con mucha antelación una propuesta de Nueva Ley para la Universidad de Sonora. Pensarán que entre menos participen, mejor garantizan el poder sindical, aunque solo reciban migajas por su sometimiento a la autoridad universitaria.
Recientemente, formamos un grupo de maestros de horas sueltas para atender el problema de no reconocimiento de antigüedad. La dirigencia sindical nos impuso como nuestro representante a un maestro que no padece ese problema. Ese profesor y la abogada que asesora al sindicato se reunieron con Fermín González, de Recursos Humanos, pero nada informaron de esa reunión. Hay reconocimiento pleno de que tenemos razón, pero no quieren que nos movilicemos porque podríamos poner en riesgo el actual status quo.
En lo personal, solicité al Delegado Sindical de Matemáticas que no se sometiera a esas prácticas mañosas y que defendiera la votación presencial. Estoy convencido que la desmovilización es la peor arma para enfrentar a una administración que permanentemente viola nuestros derechos sindicales.