En la región, una zona considerada hace unos años una de las más violentas de Guerrero, hay un control político total que permite a la Familia Michoacana incidir en la elección de alcaldes y diputados, de tal forma que en este proceso electoral la región registró cero sucesos de violencia político-electoral, mientras en otras zona de la entidad como en la Costa Grande y la Montaña alta hubo 10 ataques contra diferentes candidatos; en la Norte y Acapulco, siete, y en la Costa Chica y Centro, cinco
Texto y foto: Marlén Castro
Tlalchapa
La unidad de pasajeros arranca. Dice Tlalchapa. Van en la unidad cinco pasajeros y el chofer. Nadie se habla entre sí, ni siquiera las tres personas que están juntas y parecen ser una madre y sus dos hijos. El chofer no es amable, no dice: “Buenos días, gracias por abordar esta unidad” y las personas pasajeras tampoco esperan que lo haga.
Parece que las palabras desde hace tiempo dejaron de ser necesarias.
La carretera entre Ciudad Altamirano y Tlalchapa en algunos tramos es puro lodo, en el resto hay bache tras bache. Los últimos kilómetros de la carretera están en mejor estado. La obra fue hecha hace dos años. El chofer confiado de que este tramo está bien, toma velocidad para recuperar el tiempo en el que se vino a vuelta de rueda y, de repente, cae en un gran bache. Las cabezas de todos rebotan en el techo de la unidad. ¡Ay! Dicen; algunos alargan el quejido. Los calentanos tienen la fama de ser joviales y mal hablados. De menos, si se sintieran en confianza, alguno habría dicho ¡Cocho, fíjate!
Los calentanos ahora ya no son confiados, no en las carreteras, en los parques o en las calles. Quizá de su casa para adentro sigan siendo los mismos. Se les quitó a fuerza de tableadas y manguerazos (castigos físicos). Iniciar una conversación entre una persona extraña y un calentano en su región es imposible, así sea acerca del clima, de la carretera en mal estado o del precio del transporte.
Los calentanos se ganaron la fama de bravucones. La indumentaria y la boca suelta contribuyeron a esa percepción en el resto de la entidad. El sombrero, pantalón, botas, cinturón vaquero y un arma portada con discreción era parte de su atuendo e identidad. Ya sólo es fama.
Cuando falta poco para arribar al municipio de los Mora Eguiluz, del lado derecho aparece una carita feliz y un aviso: “Sonríe estás en Tlalchapa”. Nadie sonríe o dibuja en el rostro una mueca parecida a una sonrisa. El anuncio parece un mal chiste. Los Mora Eguiluz son una familia que desde el 2012 gobierna este municipio sin interrupciones.
Tlalchapa es el municipio más chico de los nueve que componen la región de la Tierra Caliente, una zona lejana a la capital guerrerense, geográfica y culturalmente. Las localidades de Tlalchapa y el resto de los municipios de la región, a excepción de Zirándaro, fueron tomadas y controladas por el grupo del crimen organizado La Familia Michoacana (FM), de acuerdo con las coberturas periodísticas de por lo menos hace una década. En el caso de Zirándaro llegó ahí el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Para controlar la región hubo una pelea cruenta entre integrantes de ambos grupos después, al parecer, hubo un acuerdo y la zona empezó a vivir una especie de paz criminal.
En esa región, tortillas, refresco, agua, maíz, todo tipo de carnes e insumos para el campo y la ganadería, también los sombreros, necesarios en la indumentaria de los calentanos, tienen sobreprecio. “Es una especie de pago de piso a la FM”, explica una habitante.
El sometimiento llegó este 2024 a tal punto que, de acuerdo con testimonios, impusieron a los alcaldes y diputados de toda la región. El control es tan férreo que en este proceso electoral local la Tierra Caliente registró cero incidencias de tipo violento.
A la par del control económico, la Familia Michoacana operó el control político.
2024: cero incidencias de hechos violentos en Tierra Caliente
Este proceso electoral 2024 en Guerrero asesinaron a ocho candidatos que aspiraban a estar en las presidencias municipales, como alcaldes o regidores, de acuerdo con el estudio Violencia política-electoral en Guerrero desarrollado por Amapola, periodismo transgresor y la Universidad de Columbia, de Estados Unidos. Seis de los asesinados eran precandidatos a alcaldes, un candidato a alcalde y un candidato a regidor.
En total, en el proceso que culminó el 2 de junio con la elección de las actuales autoridades, en Guerrero hubo 41 incidentes violentos, a los que se sumaron seis más de tipo poselectoral, del cual también se hizo el registro porque esta es la primera vez que en Guerrero ocurrieron este tipo de ajustes.
La región que más registró incidencias fue la Costa Grande y la Montaña, con 10, segundo lugar hay un empate entre la zona Norte y Acapulco con siete cada una, el tercer lugar lo ocupan las regiones Costa Chica y Centro, con cinco, Montaña baja con dos y Sierra con uno. La única región que no registró ningún incidente en ningún momento fue la Tierra Caliente.
¿Eso es bueno o es malo?
La región de la Tierra Caliente es el ejemplo claro de un segundo nivel del control ejercido por el crimen organizado, cuando la violencia criminal pasa de las balas al control político, considera el periodista Daniel Moreno, director del medio digital Animal Político.
En un conversatorio convocado por Amapola, periodismo transgresor, Daniel Moreno indicó que la participación del crimen organizado en las elecciones de gobernadores y alcaldes en México tiene por lo menos 10 años y consideró que el periodismo no ha hecho énfasis en el tamaño del daño que hace el crimen organizado a la democracia en el país.
Este 2 de junio, en siete de los ocho municipios de la región controlados por la FM, ganó la presidencia municipal la alianza PRI, PRD, PAN, sólo Tlalchapa fue ganado por la alianza PT, PVEM y Morena, con la reelección de Tania Mora Eguiluz.
En el municipio de Ajuchitlán con 11,375 votos ganó la presidencia Víctor Mendoza Navarro; en Arcelia Ángel Bustos Mercado, con 10,442 sufragios; en Coyuca de Catalán la presidenta electa es María Esbeydi Echeverría García con 10,273 votos; en Cutzamala Mayte Lucero Arce Jaimes con 9,359 votos; en Ciudad Altamirano Brenda Núñez Peñaloza con 7,238 sufragios; en San Miguel Totolapan Arturo Julián Gómez, del PRI, sin la alianza con PRD y PAN, se quedó con el puesto al obtener 7,214 votos, en Tlapehuala también se llevó la presidencia el priista José Luis Antúnez Goicochea y en Zirándaro Jaime Torres García, de la alianza PRI, PAN, PRD, con 4,052 sufragios.
Las dos diputaciones locales, la decimoséptima con sede en Coyuca de Catalán y la decimoctava, en Ciudad Altamirano, también se las llevó la alianza PRI, PAN, PRD.
La diputación federal fue para la morenista Celeste Mora Eguiluz.
Instantáneas de la Tierra Caliente
Faenas para El Patrón, sin paga
La camioneta de hombres armados se detuvo afuera de su casa. El papá y la mamá de la joven no estaban. Cuando los vio acercarse y estacionarse, el corazón le brincó. El hermano mayor estaba en esos momentos arriba del tractor. Desde donde estaba podía ver a la máquina y a su hermano. No tenía de otra y salió a plantar cara. Fueron amables.
–Buenas tardes, queremos ver a tu papá.
–No está, regresa hasta la tarde. Devolvió con serenidad, aunque el corazón se le salía.
–No tenemos tiempo a esperarlo a qué regrese. Lo venimos a buscar porque El Patrón lo necesita, dijeron con menos amabilidad.
–Pero tu hermano si está, –le dijeron. Desde ahí también podían ver al tractor y a la persona en él.
–Sí.
–Háblale, que se traiga el tractor, El Patrón quiere que le ayuden a limpiar su terreno. La joven respiró con alivio, una nueva jornada en el campo con El Patrón, aunque eso significara atrasarse en su parcela, era lo de menos.
El Patrón no contrata peones, sólo manda por los hombres que requiera la faena del día y los hombres llegan a donde se les indica. “El terreno del Patrón” es un eufemismo. El Patrón se mete a los terrenos que son de su agrado. Cuando una parcela le gusta, sólo avisa y llega con la peonada a que lo limpien, cuando es el momento de la cosecha, manda por hombres a las pueblos. En la Tierra Caliente hay dos patrones pesados, El Pez y La Fresa, Johnny y José Alfredo Olascoaga Hurtado, pero también hay patrones locales. A todos se les obedece.
La FM compra toda la producción
Los productores de maíz y sorgo venden su producción a emisarios de la FM. “Sólo a ellos se les puede vender o a Segalmex”, contó un productor.
La FM compra todo el maíz disponible y lo almacena. Además, los productores tienen que vender absolutamente toda la producción, sólo se pueden quedar con la suficiente para alimentar a la familia. El precio de garantía que da Segalmex es de 6,100 pesos la tonelada, la misma cantidad que paga la FM con la ventaja de que tienen el dinero de forma inmediata, por estas circunstancias todos venden su producción al grupo criminal. Si más adelante algún productor necesita más maíz, la FM se lo vende a 14,000 pesos la tonelada. Cuando llegan a detectar venta de maíz entre los propios productores, la gente que lo hace es tableada, término que se le da a la golpiza con tablas pesadas o manguereada, cuando los azotes son con mangueras, pero además a estas se les llena de arena.
Todo se compra en la región
Las familias no tienen la posibilidad de comprar ninguna mercancía fuera de la región para ahorrar dinero. Si llegara a tocar una revisión en un retén y detectan familias que lo hagan, el castigo son manguerazos o tableadas. El producto más peligroso es la Coca Cola. En cualquier tienda de abarrotes de la región la Coca individual cuesta 25 pesos, cuando su precio normal es de 14. Hace tiempo, algunas familias se arriesgaban, sobre todo, si requerían refresco porque tenían una fiesta. La FM se enteraba. Llegó a irrumpir las fiestas y castigar a los rebeldes. Ya nadie lo hace.
El Patrón manda por las familias para participar en los bloqueos
Los despertaron a las cuatro de la mañana del viernes 28 de abril del 2023 para que fueran a un bloqueo. “No nos preguntaron si podíamos ir, nos ordenaron que teníamos que ir”, cuenta una señora madre de cuatro hijos.
Llegaron varias camionetas con hombres armados a la comunidad y pasaron casa por casa a darles la orden para que alguien de cada familia se fuera con ellos para llevarlos a la carretera a instalar un bloqueo. Un día antes, la Fiscalía General del Estado (FGE), el Ejército y la Guardia Nacional confiscaron en Ciudad Altamirano, supuestamente propiedad de los hermanos Olascoaga Hurtado, un auto Lamborghini y una camioneta Hummer.
Como parte del bloqueo exigieron, porque así se los ordenaron, cuenta la fuente, la destitución de quien era la fiscal general del estado, Sandra Luz Valdovinos Salmerón.
Este bloqueo en 2023 duró cuatro días y evidenció el control de la FM a las autoridades municipales, legisladores y hasta funcionarios de la región integrados al gabinete de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, porque los ocho alcaldes y alcaldesas, a excepción de Zirándaro que controla el CJNG, encabezaron el bloqueo.
“Sonríe estás en Tlalchapa”
Este municipio de la Tierra Caliente tiene 11,861 habitantes. Es el municipio más pequeño de la región, también el más abandonado, a juzgar por su infraestructura. Toda la región suma 244, 255 habitantes de acuerdo con el último censo del INEGI, lo que indica que concentra alrededor de ocho por ciento de la población de la entidad, al sumar Guerrero 3.5 millones de habitantes.
Tlalchapa, la cabecera, concentra 40 por ciento de la población municipal y sólo cuenta con cinco comunidades. La mayoría de la población de Tlalchapa migra cíclicamente a Estados Unidos o al norte del país para obtener ingresos. En Tlalchapa, antes un municipio productor de maíz, la gente paulatinamente abandona sus parcelas, debido a las condiciones del crimen organizado para dejarlos producir.
“Yo preferí irme a Michoacán, allá no tengo que pagar piso, mis hijos también se fueron conmigo, aquí además de pagarles piso, te exigen que les halconees”, contó una madre que ahora vive lejos.
Esta mañana de julio que se hace la visita en Tlalchapa es la primera semana del periodo vacacional. Aun así, sus calles lucen vacías. Hay pocos negocios abiertos, principalmente tiendas de abarrotes. Los 34 kilómetros de distancia entre Ciudad Altamirano y Tlalchapa se transitan en una carretera destrozada. El trayecto debería ser de alrededor de veinte minutos, pero llega a ser hasta de una hora, por las condiciones del camino.
El Ayuntamiento es un edificio de dos plantas y una galera de tonos ocre y blanco que también luce descuidado. La familia que se apoderó del poder local seguirá al frente otros tres años más. Tania Mora Eguiluz, abanderada por el PT, PVEM y Morena, buscó la reelección y la consiguió con 5,281 votos. En 2021 le entregó la alcaldía su padre Martín Mora Aguirre (2018-2021), quien la recibió de su hija Amalia Mora Aguirre (2015-2018) y ésta, a su vez, de su madre Guadalupe Eguiluz Bautista (2012-2015), mientras otra hija, Celeste Mora Eguiluz era diputada local, de 2018 a 2021, y ahora será diputada federal. Del 2012 hacia atrás, la madre y el padre ya habían sido, cada uno, alcaldes y diputados locales. Desde el 2018, los Mora Eguiluz llegan a los cargos de la mano de Morena, en alianza con PT y PVEM, antes con el PRD.
En el Ayuntamiento se solicitó una entrevista con la alcaldesa, pero en esos momentos no estaba disponible. Magdalena Pérez, su secretaria particular, envío rápido un mensaje para informar de la solicitud que iba acompañada de la posibilidad de hacer los días siguientes, sino se podía ahora, una entrevista vía remota, por teléfono o mediante Zoom o Meet. Hasta la fecha no hay respuesta.
“La Familia Michoacana da las indicaciones de que se debe votar por ellos y los Mora ya no quieren soltar la presidencia”, cuenta la madre que sabe que vivir en Tlalchapa no es seguro, ni para ella ni para sus hijos, como muchos habitantes que abandonan su municipio porque es imposible costear los sobreprecios de los productos junto con la prohibición de vender su maíz por su cuenta.
Publicando originalmente en https://amapolaperiodismo.com/