Cuatro días permanecieron asediados por personas armadas que quemaron viviendas, asesinaron personas -dos según las autoridades estatales- y cometieron abusos contra la población de la cabecera municipal de Tila, una localidad ubicada en el norte de Chiapas, habitada en su mayoría por indígenas de la etnia cho´ol.

Fue hasta que fuerzas de seguridad federales y estatales llegaron al lugar, cuando más de 4 mil personas -4 mil 187 según informó la Secretaría de Protección Civil- salieron de sus viviendas, donde habían permanecido encerradas. Hicieron largas filas en las calles para que, en camiones del ejército mexicano o de la policía estatal, fueran trasladados a algún refugio. Quienes pudieron y tenían algún vehículo, subieron algunos muebles y pertenencias. y abandonaron el lugar.

No existe certeza de qué motivó la agresión armada que inició el 4 de junio. El gobierno de Chiapas ha emitido únicamente dos comunicados en relación al éxodo masivo, uno de la Secretaría de Seguruda y Protección Ciudadana (SSyPC) donde dice: Grupo Interinstitucional implementa operativo en el municipio de Tila. Se realiza un operativo de ayuda a la población y patrullajes disuasivos por tierra y aire, a fin de garantizar la seguridad y el orden en esa región”.

El otro, apenas este 8 de junio, donde la Fiscalía General de Chiapas sostiene: “logra el rescate de más de 4 mil personas (…) quienes se encontraban escondidas en sus domicilios tras los actos de violencia suscitados en este lugar”.

De acuerdo a esta dependencia, 17 inmuebles fueron incendiados, entre ellos, casas habitación y negocios; dos personas fueron asesinadas y para cuando las fuerzas de seguridad llegaron sus cuerpos aún permanecían en el interior de una vivienda, se trata de Felipe «N» de 41 años de edad y un menor de edad de 16 años de identidad resguardada. La dependencia también destaca el incendio de 21 vehículos.

Por su parte, pobladores aseguran que han vivido durante los años recientes han vivido “cobro de piso, plazas, tierras y las casas de los pobladores”, una situación de despojos que algunos atribuyen a un grupo de ejidatarios “los autónomos” que demandan la entrega de tierras de las que legalmente lograron su reconocimiento tras una larga lucha en los tribunales agrarios, y donde ahora se asienta gran parte de la cabecera municipal.

Otros pobladores ubican que las personas que durante cuatro días tuvieron en pueblo tomado y se paseaban en camionetas, vestidos con ropa camuflada o negra, con pasamontañas y portando armas de grueso calibre, pertenecen a un grupo criminal al que llaman “Los Karma”, que tiene presencia en este municipio y en el vecino de Yajalón, de donde aseguran también llegaron para participar en la agresión.

“Estabamos en casa, un día normal. De pronto empezamos a escuchar ruidos muy fuertes, querían abrir las puertas. Pensé que era alguien conocido, iba a salir cuando escuché que empezaron a quebrar los cristales. Corrí a un lugar donde me pudiera asegurar, ahí me quedé todo el tiempo (cuatro días) porque escuché que empezaron a quebrar todo”, dijo una de las mujeres desplazadas a quien le quemaron su vivienda.

Los agresores quemaron viviendas y negocios, “empezaron a gritar que de una vez quemen, y empecé a oler el humo. Le prendieron fuego a mi casa. Me mantuve resguardada hasta que amaneció. Ellos se quedaron mucho tiempo”.

“Gritaban que era hora de matar, era hora de quemar, que ellos son los dueños, que nosotros nos tenemos que salir (…) pedí auxilio pero entiendo que la gente no podía auxiliarme, porque la gente tiene miedo, viven en un clima de mucho terror en donde sabemos que por más que nos quejemos, el gobierno siempre nos ha abandonado”, dijo la mujer.

Algunas de las personas desplazadas reconocieron a sus agresores. Explicaron que dentro del grupo de “autónomos” que reclaman las tierras de la cabecera municipal, se formó otro que lidera alguien a quien llaman “El Quemado”. “Se llaman Los Karma, ya andan armados y ahora hay otro grupo de nombre Frente Autónomo de Tila.

Las personas entrevistadas aseguraron que días antes de la agresión, el grupo armado llegó a pedirles “derecho de piso, a casas y negocios, las cuotas que pidieron son de 50 mil o 200 mil pesos (…) Nosotros nos negamos a pagar, creo que por eso nos quemaron todo”, dijo el dueño de una tienda de abarrotes.

Consideran que la agresión se concentró contra quienes se negaron a pagar, y contra quienes han denunciado la situación de violencia que se vive en el municipio. “Hace un año hicimos una marcha, pedimos paz, pedimos seguridad, y mire ahora las consecuencias”, dijo otro desplazado.

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En la cabecera municipal de Tila -donde el censo poblacional de 2020 indica que habitan poco más de 9 mil personas- solo permanecen algunas pocas personas. Las casas y comercios están cerrados. El viernes que entraron las fuerzas de seguridad, un grupo de mujeres principalmente, con el rostro cubierto, les gritó que se fueran. Durante varios minutos trataron de impedir su paso por las calles. Luego se dispersaron.

Las personas que ahora permanecen en los albergues que el gobierno de Chiapas instaló en la comunidad de Petalcingo, la segunda más grande Tila; y quienes están en el municipio vecino de Yajalón, piden garantías para regresar a sus viviendas.

Reclaman que desde hace ocho años las autoridades municipales abandonaron el edificio de la presidencia municipal. Desde las elecciones de 2018 en la cabecera municipal de Tila no se han llevado a cabo las votaciones.

“Estamos en un completo abandono, un tiempo estuvo aquí la Guardia Nacional, pero luego se fueron. Ya no tenemos seguridad, ¿Quién nos garantiza ahora nuestras vidas? ¿quién nos va a pagar el patrimonio que perdimos?”, dijo una mujer desplazada.


Publicado originalmente en Chiapasparalelo