• ¿Se acabó la cacería en Sonora?

Luis Enrique Ortiz

El desierto sonorense tiene de todo desde minería áurea, hasta áreas naturales protegidas, pasando por un enorme potencial para la producción de energías limpias, cientos de kilómetros de rico litoral… pero a la vez está fuera del control del Estado por lo que es una zona insegura y muy peligrosa para cualquier persona.

Desde San Luis Río Colorado hasta Caborca, pasando por Puerto Peñasco, Sonoyta, Pitiquito, Santa Ana, Altar, puntos intermedios y más recientemente Hermosillo, son cotidianos los casos de desapariciones forzadas, asesinatos, asaltos, balaceras e intimidaciones, en el enorme territorio que los malandros consideran suyo.

Las fosas clandestinas aparecen por donde sea y es cada vez más común el uso de drones para dirigir ataques con explosivos entre organizaciones criminales rivales, incluso en comunidades habitadas por civiles.

Los esfuerzos de las instituciones de seguridad federales han sido insuficientes para contener el dominio de las bandas delictivas y las corporaciones estatales y locales han sido rebasadas por el crimen organizado.

La ola de violencia no solo alcanza a los más pobres e incautos de la clase media, sino a integrantes de la clase empresarial y gobernante del estado de Sonora.

Si bien es cierto, las fuerzas armadas y la Guardia Nacional han incrementado su presencia en la enorme área desértica, los hechos de violencia no parecen tener fin.

El asesinato del próspero ganadero, Luis Alejandro Morales Aguilar, parece ser una de las gotas que derramarán el denso contenido de un vaso lleno de dolor social.

La queja del propio presidente municipal de Caborca, Abraham David Mier Nogales, es brutal siendo un alcalde de MORENA, que de paso cuestiona la percepción oficial de que en materia de seguridad vamos mejorando:

“Me han robado ganado, me mataron un vaquero… fueron, van más de 74, nomás para la región de Pitiquito y Caborca van más de 74 vaqueros fallecidos, con esta gente. Matan ganado, nos matan los buros matan los cimarrones, es una fuente de empleos que nos echaron a perder”, cierra su testimonio el político reelecto conocido también como El Cubano.

El mensaje es aterrador porque indica que ya nadie está a salvo, pero el caso de Luis Alejandro Morales Aguilar, es doblemente estremecedor porque justo antes de que su cuerpo sin vida fuese encontrado un rancho de Querobabi, denunció haber recibido amenazas.

Antes que Morales Aguilar cayeron 74 vaqueros cuyos nombres nadie conoce, y fue sólo hasta que la lumbre llegó cerquita cuando se supo que en Sonora existe un enorme desierto de impunidad y no con datos imaginarios sino de boca y pecho de un coronel, jefe de región, sátrapa, delegado regional, virrey o encomendero, use el calificativo que a Usted más le cuadre.

Ciertamente se han dado importantes decomisos de armas y equipo como carros con blindaje artesanal, ametralladoras calibre 50 y hartos AK-47, balas y algunas dosis de drogas y algunos kilos de fentanilo.

La presencia de las fuerzas armadas ha crecido en Sonora en los últimos tres años, pero los hechos delictivos son la ley en municipios enteros del Desierto y al parecer muy pronto y Dios no lo permita, en Hermosillo cuya seguridad se descompuso luego de las pasadas elecciones del pasado mes de junio.

Por lo pronto en el desierto de impunidad, ha desaparecido del Plan Sonora la actividad cinegética, al menos en Caborca, Pitiquito o Querobabi.

A ver cómo les va a los hermanos seris con el tema, quienes son dueños de una enorme reserva de caza y pesca como fuentes de ingreso para la comunidad, al menos en teoría.

El ganadero rebelde, Daniel Baranzini, va más allá y afirma que a Morales Aguilar lo mataron porque intentó poner una malla para proteger su territorio cinegético, “aparentemente no les gustó a esta gente que gobierna Sonora y como no hay ley eso es lo que nos pasa”, dijo en entrevista para Juan Carlos Zúñiga, en el programa Uni Radio Sonora Informa.

Qué cambios pueden esperarse en el contexto de la seguridad pública en Sonora, con la asunción de nuevos mandos generales en las fuerzas armadas ¿cómo se lidiará con casos como el de todo un desierto para la impunidad?

El próximo secretario de la Defensa Nacional, será Ricardo Revilla Trejo, General de División Diplomado de Estado Mayor, dentro de cuyo curriculum al servicio de la Patria, destaca la condecoración Mérito en la Campaña contra el Narcotráfico.

¿Podrá contribuir la próxima administración federal a pacificar a Sonora? ¿Llegará el día en que ya nadie tendrá miedo ir al monte por pitayas o leña, o manejar entre Santa Ana y San Luis Río Colorado?

Vamos a ver cómo le va a El Cubano, a ver si no le decretan mando único.

Publicado en: https://www.facebook.com/luisenrique.ortiz1

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