Con el estruendoso y sorpresivo sonido de los petardos que un grupo de normalistas lanzó al patio de la Secretaría de Gobernación, finalizó el mitin en el que padres, madres y compañeros de los 43 de Ayotzinapa exigieron conocer el paradero de sus hijos desaparecidos hace una década en Iguala, Guerrero. Las familias reclamaron al presidente Andrés Manuel López Obrador, a tan sólo 7 días de que termine su sexenio, “no haber cumplido sus promesas, no haber hecho nada” y ser “igual” que sus antecesores.

Este mediodía padres y madres de los 43 normalistas y más de 800 estudiantes de las diferentes Escuelas Normales del país se trasladaron a la Secretaría de Gobernación, en avenida Bucareli, donde denunciaron la impunidad y la falta de resultados en las investigaciones sobre el caso, a tres días de que se cumplan diez años de la Noche de Iguala.

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“A diez años de la desaparición forzada de nuestros hijos, los seguimos buscando porque no hemos alcanzado la verdad y la justicia. Estamos lejos de saber el paradero de nuestros muchachos, pese a que el gobierno de esta administración el año pasado reconoció que se trataba de un crimen de Estado, porque hubo participación y complicidad de funcionarios de los tres niveles de gobierno, así como de las corporaciones de la policía municipal, estatal, ministeriales, federales y elementos del ejército mexicano”, dijo Hilda Hernández, madre del normalista desaparecido César Manuel González.

De pie frente a las rejas del ex Palacio de Cobián, las madres y padres en fila, cargando como es costumbre un cartel con el rostro de sus hijos en sus manos, se refieren a su “lucha incansable” por encontrar a sus hijos. Las autoridades, increpan, “le apuestan al olvido, al desgaste de los padres y madres de los 43, descalificando a nuestros representantes y organismos internacionales que han coadyuvado en las investigaciones”.

Hoy es el primer día de las jornadas de movilizaciones rumbo a la marcha central del 26 de septiembre, pero las protestas iniciaron en el cuartel militar de Iguala, Guerrero, donde se enfrentaron con integrantes del ejército, institución señalada por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales (GIEI) de haber participado en la desaparición de los jóvenes, pues está comprobado que tenían un infiltrado militar que siguió en tiempo real y reportó los acontecimientos de aquella madrugada.

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“Todos aquí sabemos que el gobierno se ha encargado de ocultar la verdad porque a nadie de ellos le conviene que se sepa quiénes estuvieron inmiscuidos, porque son los mismos”, dijo un joven de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM).

Sobre los intentos de dividir a las familias de los 43, Hilda Hernández señaló que a pesar de ello, “sin tregua ni cuartel, los padres y madres siguen con la exigencia de lograr justicia y castigo a los responsables de este caso emblemático de graves violaciones de derechos humanos, que ha marcado un antes y un después en el tema de las desapariciones en este país”.

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Al término del mitin, los cientos de normalistas con el puño en alto entonaron el himno “Venceremos” y momentos después, mientras las familias y la mayor parte de los normalistas abordaban los camiones, otro grupo realizó pintas en los muros de la Secretaría de Gobernación y posteriormente lanzaron los sorpresivos petardos.

“Queremos una verdad absoluta, no esa verdad histórica llena de mentiras”, advirtió otro de los estudiantes de la FECSM antes de abandonar el inmueble donde quedaron plasmadas las siguientes frases en las paredes: “Asesinos, hasta cuándo”, “Para el Estado ser estudiantes es un pecado, ser normalista, un crimen” y “Hasta la victoria siempre”.



Publicado originalmente en Desinformemonos

Fotos: Gerardo Magallón

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