Por: Isabel Dorado Auz
Hoy por la mañana leí en redes sociales la opinión de un pseudoperiodista que atacaba, en términos homofóbicos, a una funcionaria del gobierno estatal. Pensé que esos tiempos ya habían terminado, pero por lo visto algunas personas se resisten al cambio de mentalidad.
En nuestro país, ha sido deporte nacional hablar mal de las personas en función de su vida íntima, la cual a veces se exige que sea del conocimiento público cuando la persona en cuestión cumple alguna función pública. Craso error, la vida privada debe quedarse en ese ámbito y exigirle al funcionario que rinda buenas cuentas en lo que al servicio público compete.
Temas como la despenalización del aborto, la legalización de algunas drogas, el derecho a la diversidad sexual, incluso el derecho a la eutanasia, debieran establecerse como la mejor señal de que nos estamos civilizando. No es ocultando la realidad como lograremos avanzar como Sociedad y en la medida en que logremos quitarnos ciertas telarañas mentales lograremos el objetivo de ser mejores personas. Nadie ha dicho que sea fácil y se entienden algunas inercias, pero es obligación de Tod@s avanzar en el sentido correcto y cuestionar la “libertad” de una persona para denostar a otra.
El periodismo es fundamental para crear mejores ambientes sociales, pero se sigue bajo el viejo esquema de privilegiar intereses. En la inusual respuesta del presidente López Obrador al Parlamento Europeo, a propósito del asesinato de periodistas en México, la prensa ligada a los intereses de la derecha no cuestiona si tiene razón o no en lo que plantea el presidente, le importa más la forma en que lo dijo. Será porque no tienen elementos para involucrar directamente al poder ejecutivo con los asesinatos, cosa que si sucedía en el periodo neoliberal. Es obvio que muchos de los asesinatos de los últimos años tienen que ver con la valentía con la que ciertos periodistas decidieron ejercer su profesión, pero también hay otros cuya muerte ha sido producto de su relación con el crimen organizado.
Quizá un debate serio propiciado por los medios locales podría provocar la liberación de quien es considerado un preso político, Fidencio Aldama, un defensor del territorio indígena Yaqui. Un debate serio podría evitar que se siga prolongando el conflicto con los jubilados y pensionados del municipio de Hermosillo a quienes les arrebataron de un plumazo algunos derechos adquiridos. Qué decir del tema de áreas verdes, que a veces es ignorado por los medios cuando se pretende privatizarlas o bien esa forma tan burda en que los Coppel Bours se están adueñando de los terrenos del vaso de la presa. ¿Cuántos medios se interesaron en saber la opinión de los principales afectados?
Hay que reconocer que gracias al apoyo mediático se han ganado varias luchas, por eso no se entiende que de pronto tengamos algunas regresiones al pasado. Transformar nuestra realidad va de la mano de un compromiso por la verdad. Que sean los argumentos los que sobresalgan y no los “defectos” de los que se atreven a ejercer cierto liderazgo. Tengamos la habilidad de reconocer las aportaciones de nuestros contrarios y junto con la Sociedad dirimamos nuestras diferencias.