De pelo negro y con actitud valiente, Irma Galindo tenía 41 años de edad cuando fue vista por ultima vez. Lo último que se sabe, porque envió mensajes a sus amigas, es que iba a una junta con el Mecanismo de Protección, quién ya le había otorgado protección y resguardo, pero ya no volvió: desapareció

Diana Manzo | Istmo Press

Como un objeto que se esfuma de la nada y que jamás vuelves a localizar, Irma Galindo Barrios, defensora del bosque Ñuu Savi (mixteca) se esfumó hace tres años – 27 octubre del 2021- sin dejar rastro, y desde entonces nada se sabe de su paradero.

Lo que más sorprende, es que la guardabosques y defensora de la tierra contaba con protección federal otorgada por el Mecanismo de Protección a Personas Defensoras y Periodistas, de la Secretaría de Gobernación cuando fue vista por última vez, en la estación del metro Barranca del Muerto, en la Ciudad de México.

Irma Galindo es originaria de Atatlahuaca, Oaxaca y en el año 2019 comenzó su defensa del bosque contra talamontes locales entre ellos, sus propias autoridades municipales y agrarias. En noviembre del 2019, un grupo de personas le quemaron su vivienda y huyó para salvaguardarse.

Tres años después, y días antes de su desaparición, el 23 de octubre del 2021, su comunidad -Mier y Terán- fue atacada por un grupo de personas armadas por la defensa del bosque. Hay cuatro personas desaparecidas, más de 100 casas calcinadas y decenas de personas desplazadas, que a tres años viven aún en un albergue del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) de Tlaxiaco, Oaxaca.

De pelo negro y con actitud valiente, Irma Galindo tenía 41 años de edad cuando fue vista por ultima vez. Lo último que se sabe, porque envió mensajes a sus amigas, es que iba a una junta con el Mecanismo de Protección, quién ya le había otorgado protección y resguardo, pero ya no volvió, desapareció.

El bosque para la ambientalista comunitaria significó su todo. Durante entrevistas otorgadas a diversos medios, se refería al bosque como su hogar.

Le dedicaba rituales para pedir que todo regresara a su estado anterior. “La tierra está dolida, pero resiste de todo lo que le hacen, oro por el bosque y por esta tierra”.

La lucha de Irma era, porque los talamontes, se llevaban madera para Tlaxiaco y otras zonas de Oaxaca.

Irma Galindo Barrios, defensora del bosque Ñuu Savi

Foto: Istmo Press

“Las usan para hacer muebles o como techos de casas, aquí hay muchas partes deforestadas, todo se hace con anuencia de las autoridades municipales y comunales de San Esteban Atatlahuca”, dijo en diversas entrevistas.

Todas Somos Irma

Días antes de que Irma desapareciera compartió una carta pública que escribió con puño y letra en donde solicita protección al Mecanismo y lamenta su lentitud.

En ese documento, la guardabosques narra detalle a detalle lo acontecido con su comunidad y la falta de atención de las autoridades, especialmente del Mecanismo de Protección.

Describe qué Mier y Terán, Guerrero Grande y parte de Nodoyonuyuji” se ubican al oeste del municipio de San Esteban Atatlahuca a más de 3000 metros de altura, y resguardan 2,500 hectáreas de bosque donde hay abeto blanco, que es ambicionado por los talamontes.

Mientras describe la lucha de las comunidades, recalca que siente desolación e impotencia, cuyos sentimientos son más grandes “que el miedo de morir”.

“Le informo al Mecanismo de Protección de personas defensoras de DDHH y Periodistas que aún no me otorga ningún tipo de protocolo de seguridad, a la red de defensoras, a la gente que me conoce en persona y a mis queridos compañeros familiares y vecinos de Mier y Terán, Guerrero Grande y Ndoyonuyuji e incluso a todos los habitantes de San Esteban Atatlahuca que voy a dejar de esconderme para proteger mi pellejo a cambio de que el gobierno federal, las organizaciones que se dicen ecologistas y gente que dice amar la naturaleza me ayude a desarticular la mafia del poder que está matando a mi gente de la montaña”, narró.

Por el saqueo de madera de 2018, Irma presentó denuncias ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en Oaxaca y ante la Vicefiscalía Regional de la Mixteca. La Profepa convocó a reuniones pero nada ocurrió. La Dirección General de Inspección y Vigilancia Forestal (DGIVF) informó que desconoce las denuncias que existen ante los Ministerios Públicos.

La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) confirmó que el 10 de noviembre de 2019, tras la desaparición de Irma, se inició una investigación de oficio con el expediente DDHPO/CA/010/TX(25)/OAX/2019 y solicitó a la Fiscalía General del Estado que iniciara una carpeta de investigación para su localización.

El 19 de noviembre de 2019, Irma apareció y vivió desplazada en la montaña, defendiendo su bosque. Así sobrevivió dos años, hasta que desapareció definitivamente sin dejar rastros el 27 de octubre, hace más de mil días.

 Omisión de autoridades provocó desaparición de Irma

Laura Barranco, defensora y guardabosques afirmó que la actitud omisa de sus funcionarios coadyuvó a incrementar el riesgo en el que se encontraba al solicitarle primero una petición burocrática en medio de una evidente emergencia (el incendio de 40 casas) y posteriormente pedirle que por sus propios medios se trasladara a la Ciudad de México para acudir a las oficinas del Mecanismo.

“Irma no llegó y el Mecanismo y el gobierno federal en general, deben hacerse cargo de la responsabilidad de su búsqueda y hallazgo, así como de la investigación de las agresiones reportadas”, dijo.

Por último, la defensora Barranco recalcó que bajo la guía del Acuerdo de Escazú, atender de raíz la situación de tala clandestina y otros delitos que documentó Irma en la Sierra Mixteca.

“Sólo así podrá garantizarse la no repetición de tragedias como esta”, concluyó.



*Esta nota fue publicada originalmente en ISTMO PRESS. Aquí puedes ver la publicación original.