Por Isabel Dorado Auz.*

Son muchas las demandas que no son atendidas, o mejor dicho que no han sido resueltas, por parte del Comité Ejecutivo, que es el órgano encargado de negociar con las autoridades universitarias, en las revisiones anuales tanto salariales como contractuales.

Año con año se acumulan al Pliego de Violaciones nuevos casos y solo se soluciona menos del 5% de las mismas. Así, muchos maestros llevan años solicitando que se les reconozcan la antigüedad que realmente tienen en la Universidad de Sonora y no la que determinan en Recursos Humanos. Es curioso, en muchos casos, que sea el ISSSTESON una institución externa la que si reconozca la antigüedad real y la Universidad nos niegue ese derecho para efectos internos.

Es sorprendente que no contemos con un fondo para vivienda que nos permita acceder a un crédito para obtener una casa, como si pueden hacerlo miles de trabajadores sonorenses. A pesar de que este planteamiento lleva años, las direcciones sindicales poco o nada han hecho por alcanzar un acuerdo con las autoridades universitarias para ser sujetos de créditos para vivienda.

Por si fuera poco, desde el 2015 se modificó unilateralmente por parte de la autoridad universitaria el Estatuto de Personal Académico con la intención de malbaratar el pago a los docentes y conservar los privilegios de la burocracia universitaria. Esto es, hoy es posible que los Doctores en Ciencias sean contratados con la categoría de Asociados en lugar de la categoría de Titular que les garantizaría un mejor salario. De igual forma, es prácticamente imposible que un profesor de asignatura con grado de Maestría pueda aspirar a obtener un Tiempo Completo Indeterminado, dado que las últimas convocatorias emitidas piden como requisito mínimo, en la mayoría de los casos, grado de Doctor. Es prácticamente imposible, también, subir en el escalafón de Nivel A a B, C o D.

Hemos llegado al extremo de que, si decidimos hacer un día de Paro Laboral, nos niegan el pago como castigo y el STAUS ha sido incapaz de recuperar ese día de salario. Ha sido recurrente, también, que obtengamos, en las revisiones, incrementos salariales que quedan por debajo de la inflación, lo cual hace que perdamos poder adquisitivo y, por lo mismo, nuestro salario se vaya reduciendo en términos reales año con año.

El convenio neoliberal del ISSSTESON que nos fue impuesto hizo que las aportaciones de los trabajadores aumentaran en un 6.5% y al mismo tiempo aumentó nuestro tiempo de cotización en 5 años, doble golpe, sin que se aprobara la ampliación de la cobertura médica ni la garantía de que hubiera un buen surtido de los medicamentos. Las maestras siguen sin tener derecho de integrar al ISSSTESON a sus cónyuges, lo cual constituye una clara violación al derecho de igualdad de género.

No hay manera de apoyar a los maestros de horas sueltas, dado que las conquistas laborales las disfrutan, en general, los maestros de tiempo completo. Lo anterior a pesar de que el 60% de la planta de maestros corresponde a horas sueltas y atienden al 80% del alumnado. Muchos de estos maestros cuentan con una antigüedad mayor a los 10 años y parece prácticamente imposible que puedan acceder a una plaza de tiempo completo indeterminado, a menos que cursen un programa de doctorado y cuenten con el apoyo de ciertos grupos al interior de nuestra Alma Mater.

En resumen, algo tenemos que hacer para darle la vuelta a esta situación tan desventajosa en que nos han colocado las últimas administraciones sindicales que año con año se pliegan más a los intereses de las autoridades universitarias.

Se requiere fortalecer la actividad sindical para que vuelva aquel respeto que se le tenía a quienes fungían como verdaderos sindicalistas. Recuperar el STAUS para impulsar la solución a demandas añejas y frenar cualquier tipo de imposición poniendo como pretexto la actual contingencia.

*Miembro de Amigos y Amigas del Parque Madero, Ciudadanía Activa y es maestro universitario.

Email: auz3@correom.uson.mx