Por Isabel Dorado Auz

La semana pasada, el Senado de la República aprobó, por unanimidad, la nueva Ley General de Educación, que obliga al estado mexicano a garantizar el derecho gratuito a quienes así o deseen a la instrucción universitaria. Se estima que dicha ley entrará en vigor, en forma gradual, a partir del 2022.

La nueva ley abroga la ley para la coordinación de la educación superior, misma que data del periodo presidencial de José López Portillo y refrenda lo establecido en el artículo tercero, de la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, que en su fracción VII dice: “Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas”. A mi entender, esa facultad se perdió cuando Manlio Fabio Beltrones nos impuso la actual Ley 4, al incluir a la Junta Universitaria, integrada en su mayoría por gente externa a la Universidad, como máxima autoridad de la misma. Por tal motivo, ahora que se impulsará la armonización de las leyes orgánicas estatales con la Ley General de Educación Superior, es imperativo abrogar la ley Beltrones y borrar cualquier vestigio de la misma, dando lugar a una nueva Ley Universitaria.

Proponemos que se integre un Consejo Universitario como máxima autoridad, el cual podrá apoyarse en una serie de comisiones, aprobadas en su seno, para garantizar el buen funcionamiento administrativo y académico de nuestra Alma Mater. En la integración del Consejo Universitario debe haber una representación paritaria de docentes y alumnos, además de contar con la representación de los trabajadores administrativos y de servicios junto con una representación de quienes están al frente de los diferentes departamentos.

Debe quedar establecido, en la nueva ley, como garantizar el reto que México ha asumido al reconocer a nivel constitucional la gratuidad en la educación universitaria, que no solo obligará al gobierno de manera irrenunciable a destinar cada vez más recursos financieros a la educación, sino que debe establecer también el compromiso de reducir la alta burocracia creada por la ley 4 para dar lugar a una estructura administrativa más austera, en términos de sueldos y de eliminación de gastos superfluos.

Aunque ya se han planteado dos propuestas formales: una que busca reformar la ley 4 impuesta por Beltrones y la nuestra, de nueva Ley Universitaria, han empezado a surgir las voces estudiantiles que piden a gritos ser tomados en cuenta. Se requiere, entonces, que se promueva la más amplia discusión por parte de la Comunidad Universitaria y es imperativo que hagamos un gran esfuerzo por presentar una sola propuesta ante el Congreso del Estado, para que, en los hechos, exigir que se respete nuestro derecho al autogobierno y se apruebe la propuesta consensuada por los universitarios.

Hasta hoy, la discusión solo se ha promovido sobre un solo documento, la propuesta del MARU y que hizo suya una diputada de MORENA, Ernestina Castro. La Universidad es mucho más que esa visión, por muy bien intencionada que sea, y por lo mismo debemos ser muy responsables si queremos darle a nuestra Alma Mater la Ley Orgánica que realmente merece. No olvidar que “el saber de mis hijos hará mi grandeza” significa que debemos involucrar a todas las voces y nos compromete a ser incluyentes en el debate que busca regresarle a nuestra máxima cas de estudios la autonomía arrebatada en 1991.

Empecemos el verdadero debate, al margen de los intereses políticos. Si a nivel nacional fue posible llegar a un acuerdo Unánime, demostremos que a nivel estatal estamos a la altura del reto que se nos presenta. Hagamos un esfuerzo enorme por lograr el consenso hacia el interior y, en UNIDAD, presentemos nuestra propuesta ante el Congreso del Estado.

Nos hemos quejado de que ha sido un solo grupo el que se ha controlado el poder político de nuestra Alma Mater por casi 30 años, no podemos cometer el error de modificar la ley impuesta en 1991, para que otro grupo logre el mismo objetivo, de eternizarse como dueño de la Universidad de Sonora.

*Miembro de Amigos y Amigas del Parque Madero, Ciudadanía Activa y es maestro universitario.

Email: auz3@correom.uson.mx