Cierto que no dice nada nuevo. Bueno, una que otra frase, suficiente viniendo de él, para dar la nota. El apoyo a los maestros cesados lo ha reiterado aunque indirectamente. No dice que se van a reinstalar, pero sí que se dará marcha atrás a la reforma educativa. Lo otro se sobre entiende.
Lo que sí sorprendió fue su mención al líder del Sindicato Minero, Napoleón Gómez Urrutia, de quien dijo podrá volver al país. Tenía a los trabajadores sindicalistas de Cananea en primera fila, uniformados en rojo, gritando consignas a su favor. Fue un guiño mutuo; veremos si se sostiene en caso de llegar al poder.
“Ya no será Larrea el que mande en la Secretaría del Trabajo“, dijo. Por cierto, estos trabajadores mineros tienen más de 10 años sin trabajar a raíz de una huelga que fue declarada legal en varias instancias jurídicas, pero en los hechos la patronal a impuesto su voluntad.
Mientras Gómez Urrutia vive en Canadá para evitar la ejecución de las órdenes de aprehensión en su contra, los trabajadores mineros de Cananea sobreviven de lo que pueden, y de lo que reciben del Sindicato.
“Aprovecho para informales que no se va a privatizar la salud. Ni el ISSSTE ni el IMSS. Ya se va a acabar la nefasta época de las privatizaciones, no han servido, no ha habido crecimiento económico ni generan empleo, al contrario, nos han metido en esta grave crisis económica y de violencia. No se va a privatizar el agua“.
En lo que respecta a la seguridad, llama la atención la frase “vamos a garantizar la paz”. “No se puede enfrentar el mal con el mal, la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia. Si se rescata al campo, si hay trabajo, si se atiende a los jóvenes, si hay bienestar, vamos a garantizar la paz, se va a terminar la violencia en el país.” Sabida es su propuesta de reactivación de la Secretaría de Seguridad Pública, cuyo titular sería Alfonso Durazo. ¿Alcanzará un sexenio para restacar el campo, para proveer bienestar y así garantizar la paz?
Porque todavía faltaría ver si se logran las curules suficientes en los congresos para tener, si no mayoría, sí el suficiente peso para lograr las alianzas que requerirán los cambios a las leyes. Y aún así, ¿las propuestas de candidatos al Senado y al Congreso de la coalición tienen garantía de lealtad? Ahora que el pragmatismo (o ser incluyentes, según se vea) es habitual en la dirigencia de Morena han llegado -y seguirán llegando, ha dicho el propio Manuelovsky– personajes de toda ralea, desde miembros de otros partidos que no tuvieron hueso hasta futbolistas y conductoras de programas noticiosos.
Y es que ya se tiene la experiencia de que esas alianzas no necesariamente llegan a buen destino. La propia Ana Gabriela Guevara, que lo mismo asiste y apoya a eventos de la industria minera en compañía de Claudia Pavlovich, que se deja ver en un mitin del Peje. La velocista apoyó y fue apoyada en la elección del 2012, llegó al Senado y se olvidó de quienes le ayudaron a llegar. Ahora es el turno de Lili Téllez y de Célida López (panista hasta hace unas semanas).
“Quien quiera puestos, que se vayan al mercado, ahí si hay puestos, aquí hay trabajo”, dijo el señor López. Lili no quitó jamás la semi sonrisa que tiene congelada en el rostro. Célida tragó gordo cuando algún reportero dijo: “ahí te hablan”. Sin embargo, ambas serán candidatas, una al senado (ya anunciada ayer como tal) y la otra a la alcaldía de Hermosillo.
Quizá sea porque, a pesar del colmillo del señor, algunas declaraciones banqueteras se magnifican y se usan en su contra (como la amnistía, por citar un ejemplo), no quiso, en un primer momento, responder si la hija de Beltrones le ganaría a su candidata al Senado. Respondió las preguntas incómodas con besos en la mejilla de las reporteras. Ya después, al insistirle, soltó: “vamos a ganar en Sonora”.
Las cerca de 5 mil personas se retiraron a las 6 de la tarde de la Emiliana de Zubeldía, con jaloneos entre miembros del cuerpo de seguridad y reporteros, y decenas de personas arremolinadas alrededor del vehículo que por fin pudo salir en dirección al aeropuerto.
Redacción/Libera Radio.