Por Isabel Dorado Auz
Mucho daño nos hizo a los universitarios Manlio Fabio Beltrones Rivera al imponernos la Ley 4, como para que ahora queramos parcharla en lugar de devolverle la autonomía a la Universidad de Sonora con una nueva ley que restaure al Consejo Universitario como máxima autoridad y borre de la legislación ese ente pernicioso que ha sido la Junta Universitaria.
Por lo anterior, me causa una enorme sorpresa y me genera ciertas desconfianzas el hecho de que la actual dirección del Sindicato de Académicos, STAUS, esté impulsando una propuesta que solo es una barnizada a la ley cuatro con la intención de que todo siga igual, incluso que empeore la actual situación de la Universidad de Sonora.
Para empezar, quieren desaparecer, sí, la Junta Universitaria, pero en su lugar proponen una Junta Hacendaria a la cual le darían el poder político y económico con lo cual podría perpetuarse el grupo en el poder los años que quiera, tal y como está ocurriendo actualmente con el grupo de los “Químicos”.
Sueñan que con el cambio de Ley desplazarán a este grupo y quedarán personajes afines al dirigente sindical en los próximos tiempos.
Lo peor del caso es que conformaron un supuesto grupo por la Democratización de la Universidad, pero olvidaron un pequeño detalle, convocar a la comunidad universitaria a que debata sobre el rumbo que debe tomar nuestra Alma Mater en los próximos años. En su afán de poder y en la soledad de no representar los intereses de los académicos, un reducido grupo de “sindicalistas” les dio por impulsar ese parche de reforma e ignorar la otra propuesta que está sobre la mesa en el H. Congreso del Estado de Sonora, de una nueva ley Universitaria.
Nuestra propuesta de nueva ley retoma la necesidad de regresar la figura del Consejo Universitario como máxima autoridad donde haya una representación paritaria de estudiantes y trabajadores universitarios. Se impulsa también la desaparición de la alta burocracia, que solo ha representado un lastre en la conducción de nuestra Alma Mater, eliminando las divisiones y conservando a los trabajadores burócratas de bajo nivel, quienes son los que realmente hacen el trabajo que se requiere para darle funcionalidad a la administración universitaria.
Se busca desaparecer los altos sueldos de funcionarios, en algunos casos superiores al sueldo del presidente de la República, desapareciendo las vicerrectorías y estableciendo un mayor contacto entre la máxima autoridad, el Consejo Universitario, y los departamentos, donde se realizan las labores esenciales. Se impulsa, pues, una verdadera austeridad y que el presupuesto sirva para fortalecer la docencia, la investigación y la difusión del conocimiento que se genera, en lugar de destinar el recurso a pagar el oneroso aparato burocrático que nos impuso la ley 4.
Si realmente queremos democratizar la toma de decisiones, bien haría el STAUS en difundir todas las propuestas que hay sobre la mesa y subir al portal sindical la nuestra. Que sean los argumentos los que sobresalgan y no la cargada hacia una sola propuesta para “imponer” una visión que no representa los intereses de la comunidad universitaria.
Son momentos de definiciones importantes y no debe ganarnos la prisa. Es hora de demostrar el amor que le tenemos a nuestra querida Universidad y darnos el espacio para una reflexión profunda sobre el modelo de Universidad que queremos para el Pueblo de Sonora.
Quitarnos el lastre de la ley 4 borrando cualquier indicio de ella y que la nueva ley universitaria sea acorde a los nuevos tiempos. Si realmente se están combatiendo las ideas neoliberales, entonces impulsemos una nueva ley universitaria que nos permita transitar también a un nuevo escenario político.
*Miembro de Amigos y Amigas del Parque Madero, Ciudadanía Activa y es maestro universitario.
Email: auz3@correom.uson.mx