Días del Futuro Pasado 121

Jorge Tadeo Vargas

Al terminar este año, más de cuatrocientos millones de toneladas de plástico van a terminar en algún lugar del planeta, no importa si fueron utilizados o no, estas toneladas terminar su ciclo en algún basural, relleno sanitario, los océanos, barrancas o utilizado como combustible derivado de residuos (CDR) en alguno horno cementero. Estas toneladas se sumarán a las más de cuatrocientas que año con año se van acumulando.

Cuando estos plásticos terminen en la naturaleza, se irán descomponiendo por siglos y mientras lo hacen interferirán en los distintos ciclos de vida de los ecosistemas, dañando dinámicas ecosistémicas junto con la salud ambiental y humana.

Los aditivos que componen los plásticos (muchos de ellos tóxicos y precursores endocrinos entre otras formas de dañar la salud) que no son pensados para su dispersión pero que al irse descomponiendo se dispersan impactaran en la salud de muchos ecosistemas a su alrededor, incluso en aquellos donde no fueron producidos, consumidos y/o dispuestos, produciendo un efecto cascada. Su degradación a micro plásticos ha comenzado a ingresar a los organismos de todos los seres vivos en el planeta, además de afectar muchas dinámicas ecosistémicas que se dan entre ellos.

Los plásticos no desaparecen, su composición química los mantiene en la naturaleza por siglos, podríamos decir que para siempre. Esta composición les permite fragmentarse en pequeños trozos cada vez más pequeños hasta convertirse en imperceptibles a la simple vista; se convierten en micro y nano plásticos con grandes daños a la biodiversidad.

Los nano plásticos han reducido tanto su tamaño que pueden atravesar la membrana celular, incluso llegando al torrente sanguíneo, insertándose en todo el ciclo de vida de un organismo causándole graves daños de salud. Se sabe que estos son precursores de muchos tipos de cáncer y otras enfermedades. Muchos de estos plásticos se forman con el coprocesamiento, que no es más que la incineración de los mismos en hornos cementeros. Donde exista una planta de cementos, se están produciendo toneladas de nano plásticos. Esto se define como una injusticia ambiental. Un daño socio-ecológico.

Reciclarlos tampoco ayuda, las sustancias químicas que componen el residuo plástico no solo se mantienen, sino se potencializan al momento de pasar por el proceso de producción de los productos plásticos reciclados, por lo que esto los vuelve aún más peligrosos, son productos que guardan más tóxicos que aquellos que son de plásticos “vírgenes”.

A pesar de lo que dice la industria, el plástico es combustible fósil, son hidrocarburos mezclados con otros químicos que cuando los usan como CDRs se producen más sustancias tóxicas en forma de gases y cenizas, estas cenizas son utilizadas como parte del material que se convertiría en cemento, lo que da como resultado otro producto más tóxico, contaminado que terminará dañando la salud humana y ambiental.

Se prevé que la contaminación plástica se duplicará para el 2030, es decir se producirán más de ochocientas toneladas de plásticos que terminan su ciclo de vida contaminando y dañando algún lugar del planeta.

Podría seguir escribiendo páginas sobre los impactos de los plásticos que en este momento superan cualquier beneficio que puedan ofrecer, pero creo que ha quedado claro que vivimos en la era del plástico, el Antropoceno se reconocerá por la cantidad de plástico que habremos dejado como civilización. El colapso socio-ecológico se sustenta en la producción masiva de este producto, esto es importante tomarlo en cuenta si queremos imaginarnos ese mundo posible y necesario, donde el plástico no tiene cabida.

Octubre 2023

Desde la frontera con Elisyum

Jorge Tadeo Vargas, escritor, ensayista, anarquista, a veces activista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena. Está construyendo su caja de herramientas para la supervivencia