Días del Futuro Pasado #128

Por Jorge Tadeo Vargas.

Desde hace catorce años intento darle seguimiento a la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas. En varias de ellas participe activamente en las anti-cumbres que se convocan desde las ONG’s como activista climático. En otras lo hice escribiendo desde casa, con el seguimiento diario de amigxs activistas que sí habían asistido y a los cuales les pedía información diaria vía correo electrónico.

Desde hace catorce años escribo sobre los fracasos de las COPs, un espacio que desde siempre ha estado cooptado por las corporaciones transnacionales, que son quienes deciden la agenda, claro, bajo la complicidad de los gobiernos participantes; más de una década de reuniones que si las contabilizáramos en la huella de carbono que han producido, estoy seguro de que es mucho mayor que la de algunos países del Sur Global.

El pasado 30 de noviembre dio inicio el nuevo circo, el número 28 de estas COP’s e inicia con algo que la ONU presenta como una buena noticia, y es que finalmente el acuerdo del fondo climático será una realidad e iniciara con un poco más de doscientos millones de dólares, cien de ellos donados por el país sede de esta COP y el cual se usara para subsanar -dicen ellos- los impactos de la crisis climática en muchos países que han resentido los impactos de manera grave, siendo de los que menos contribuyen al aumento de Gases de Efecto Invernadero, por lo que son los más vulnerados. Un fondo que llega demasiado tarde, pues la propuesta de este fue parte de los acuerdos que surgieron en la COP16 que se llevó a cabo en la ciudad de Cancún. Esto solo nos dice que no solo llega demasiado tarde, sino que la cantidad con la que inicia este fondo climático es muy poca comparada con los daños e impactos que la crisis climática está dejando en muchos países del Sur.

Escribir sobre las expectativas y las necesidades que sobre esta reunión recaen, por un lado me parece ocioso, por el simple hecho de que después de catorce años no hay cambios significativos, es ver la misma película de cada año, con distinta sede y actores en algunos de los casos, por lo que continuar con el discurso de que hay que presionar a los gobiernos participantes para que alcances acuerdos vinculantes que permitan la reducción de los GEI y con esto logremos las medidas de mitigación adecuadas para así salvarnos milagrosamente de la crisis climática, es un sinsentido. No es el propósito de estas reuniones.

Aquí de lo que se trata es de fortalecer el capitalismo tardío mediante el cabildeo de las corporaciones transnacionales que ven en estas reuniones la oportunidad de continuar sacando provecho del cambio climático con los mercados de carbono, cualquiera que sea su nueva modalidad, con el resultado que ya es muy conocido: pasar el punto de no retorno del capitaloceno, para implementar un neo-feudalismo mucho más voraz y criminal. Estamos ante un hecho histórico que los gobiernos se niegan a reconocer y es que el colapso civilizatorio es una realidad y no estamos preparados para enfrentarlo, excepto que la forma de hacerlo sea afianzando aún más el sistema de clases.

Las protestas de Seattle en 1999. Un recuerdo.

La situación es crítica desde hace años y no solo por la crisis climática que se ha convertido en el pretexto perfecto para que el capitalismo tardío se vaya fortaleciendo y así darle paso al neo-feudalismo tecnócrata que ya tenemos encima, y que esta COP que se está desarrollando en la ciudad de Dubái es el mejor ejemplo de donde estamos parados.

También, hablar de lo que significa que esta conferencia de las partes se lleva a cabo en los Emiratos Árabes Unidos, es redundar sobre lo que ya sabemos de este país petrolero, que toda su fortuna se sostiene en la extracción y venta de combustibles fósiles, donde no existen los derechos humanos y se vive bajo un régimen autoritario, es decir una ciudad, un país que representa todo lo que está mal con el sistema de clases actual. Esto dice mucho del significado de estas reuniones y lo que se espera de ellas en realidad.

Hace catorce años que le doy seguimiento a estas reuniones y por más triste que se lea, hay más retrocesos que avances, más cabildeo corporativo que incidencia de las alianzas de la sociedad civil que asiste a estas reuniones a protestar. Seattle del ’99, Génova del 2001 están muy lejos de resurgir y el movimiento por la justicia global se convirtió en un montón de ONGs más preocupadas por cumplir las agendas de quienes les dan los fondos que por ser participes de una revuelta que haga temblar a los gobiernos y sus aliados corporativos.

Diciembre, 2023

Desde el exilio en Ankh-Morpork

Jorge Tadeo Vargas; activista, escritor, traductor, anarquista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena. Desde hace años construye una caja de herramientas para sobrevivir.

A veces viaja a Mundodisco.