Comandos mataron a 10 personas al atacar la Flotilla de 2010 / Participa Jaled Abdelrahim, periodista palestino radicado en México
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Al gobierno israelí de Benjamin Netanyahu no le ha importado traspasar todas las líneas rojas. Al grado de que, sobre la justificación histórica del genocidio nazi, se ha sostenido en realizar su propio nuevo genocidio en Gaza. Pese a las advertencias y críticas -que no pasan de lo verbal- de Washington y sus aliados, y de que la Corte Internacional de Justicia lo está sometiendo a juicio por ese crimen de crímenes.
Lo comenté con mi amigo Jaled Abdelrahim. Él es un periodista palestino asentado en México, que ahora espera en Estambul, Turquía, la partida de la Flotilla de la Libertad, que intentará romper el bloqueo israelí para dejar 5 mil 500 toneladas de ayuda humanitaria en Gaza. Los riesgos de sufrir un ataque israelí que provoque muertos y heridos son más grandes que nunca. “Ya sabemos que no tienen límites”, me respondió. “Pero nosotros tampoco los conocemos”.
El ejército israelí ha asesinado a casi 200 trabajadores humanitarios. Todos ellos eran palestinos. Pero su determinación de enviar el mensaje de que sus militares y solo sus militares controlan el acceso de ayuda a la Franja, donde han asesinado ya a por lo menos 34 mil personas y el hambre provoca tragedias cotidianas, es tan sólida y desvergonzada que también masacraron a siete ciudadanos de países que son sus principales apoyos (Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia y Polonia), como contamos aquí. Esto causó enojo y declaraciones indignadas, pero ninguna consecuencia material.
Existe además un antecedente de 2010, cuando otra Flotilla de la Libertad fue atacada en aguas internacionales por fuerzas israelíes, que mataron a 10 tripulantes, hirieron a unos 50 y arrestaron a más de 600.
Sin embargo, bajo el eslogan #LetThemSail (déjenlos navegar) y #BreakTheSiege (rompamos el bloqueo), un millar de personas de 35 países se prepara para abordar la nueva Flotilla de la Libertad, encabezada por el Akdeniz II, un barco de pasajeros de siete cubiertas, más las naves Conscience y Anadolu.
Para ello piden libertad de navegación, ante las amenazas de un asalto pirata israelí en aguas internacionales; libre acceso para entregar la ayuda en Gaza; y alto a la complicidad con el genocidio.
Se esperaba que zarparan el lunes, luego el miércoles y ahora la fecha tentativa es el viernes 24 de abril. Según me explicó Jaled, hay intensas presiones internacionales sobre el gobierno turco para que no permita la partida, así que podría ser obstaculizada. La Flotilla de la Libertad de 2011 no logró salir de Grecia, después de que el gobierno griego cedió a las exigencias de Washington y Tel Aviv y negó el permiso de salida.
En nuestra sección En Brevedad, de MundoAbierto.info, y en mis redes @temoris, le daremos seguimiento al progreso de este esfuerzo humanitario internacional.
Para entender de qué se trata todo esto de la Flotilla, Jaled lo cuenta muy bien en esta cápsula que preparó para AJ+.
La masacre de 2010
Entre 2008 y 2018, la Freedom Flotilla Coalition (Coalición Flotilla de la Libertad, compuesta originalmente por Free Gaza Movement, la turca İHH İnsani Yardım Vakfı y otras cuatro organizaciones, a las que se han sumado otras doce, principalmente de Europa y Norteamérica pero también de Sudáfrica, Malasia y Nueva Zelanda/Aotearoa) ha lanzado 35 flotillas para romper el bloqueo israelí de Gaza.
Solo las cinco primeras, en 2008, lograron su cometido. Después, todas fueron o impedidas de partir o capturadas por fuerzas israelíes, y sus tripulaciones y participantes, arrestados y deportados.
La de mayo de 2010 estaba compuesta por 663 personas de 37 naciones, en ocho navíos, de los que dos se demoraron por fallas técnicas que se sospecha que fueron causadas por agentes israelíes. El gobierno de Netanyahu anunció que reconduciría la flotilla al puerto israelí de Ahdod. Ahí revisaría el cargamento y los materiales que fueran autorizados podrían ser entonces enviados por tierra a Gaza. Además, los navegantes serían detenidos, a menos que aceptaran su deportación inmediata.
Los activistas rechazaron que Israel tuviera autoridad sobre Gaza y su mar territorial, y recordaron que su misión era tanto humanitaria como política: el objetivo no era someterse al bloqueo ilegalmente impuesto por Israel sobre la Franja, era romperlo.
Durante la noche del 30 al 31 de mayo, en aguas internacionales, botes rápidos y helicópteros de la marina israelí atacaron la flotilla. En el buque mayor, Mavi Marmara, activistas turcos ofrecieron resistencia. Tel Aviv difundió posteriormente videos en los que, según su versión, sus comandos fueron agredidos con tubos, y uno de ellos habría sido arrojado por la borda. Es difícil explicar cómo sus unidades habrían permitido que quedaran expuestos sus hombres, altamente entrenados y bien dotados de armas de alto poder.
En todo caso, los muertos quedaron todos de un solo lado: nueve, en ese momento, con medio centenar de heridos. Una décima persona murió tras cuatro años de ser mantenida en estado vegetativo.
Israel reportó que siete de sus soldados fueron heridos. También aseguró que en la Flotilla viajaban “75 mercenarios vinculados a Al Qaida”, y que “encontramos el dinero en sus cadáveres, 10 mil dólares cada uno”. En la página web de la vocería del ejército, publicaron un artículo titulado “Attackers of the IDF soldiers found to be al-Qaida mercenaries” (atacantes de los soldados descubiertos como mercenarios de Al Qaida). Pero después cambiaron el texto a “Attackers of the IDF Soldiers found without identification papers” (atacantes de los soldados descubiertos sin documentos de identificación). Al diario The Guardian, un portavoz militar le dijo que no había evidencias que demostraran vínculos con Al Qaida.
Distintas investigaciones corroboraron que no había armas en la flotilla.
La Oficina de Prensa del Gobierno israelí distribuyó a los periodistas la liga a un video que, parodiando la canción “We Are The World”, dice “Estafamos al mundo, estafamos a la gente. Les haremos creer a todos que el ejército de Israel es Jack el Destripador. No hay gente muriendo, así que lo mejor que podemos hacer es crear el mayor engaño de todos. Tenemos que seguir simulando día a día que en Gaza hay crisis, hambre y plaga”.
En noviembre de 2014, Fatou Bensouda, fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, informó que Israel había cometido crímenes de guerra pero que no caían dentro de la competencia del organismo, por lo que desechó el caso.
El mayor riesgo, “que nuestros gobiernos no nos protejan”
En la flotilla que espera permiso para zarpar, también está prohibido introducir armas a los barcos y todos los participantes han recibido instrucción de resistencia pacífica.
https://www.instagram.com/p/C6Et4MtrgRs
El cargamento fue sometido a inspecciones de distintos países para garantizar que esto sea así, aunque sí hay objetos que no serían admitidos por las autoridades israelíes.
“La razón de la actual hambruna y falta de suministros médicos en Gaza es que la comunidad internacional permite que Israel impida y limite la entrada de ayuda humanitaria a Gaza con la excusa de la inspección”, afirma la Flotilla. “Israel ha negado la entrada de ayuda humanitaria que considera de ‘doble uso’, hasta el punto de prohibir tijeras, anestésicos, kits de cirugía obstétrica, etc.” Ya que Israel es el responsable de impedir el paso de la ayuda humanitaria, “nos negamos a permitir que la parte que ha causado la devastadora hambruna y continúa con sus acciones genocidas sea quien imponga una restricción similar”.
Hay conciencia del riesgo. En particular, Jaled tendrá problemas porque forma parte del equipo de la cadena Al Jazeera, cuyos reporteros en Gaza han sido exterminados y que hace unas semanas fue objeto de una iniciativa aprobada por el parlamento israelí apodada “Ley Al Jazeera”, que prohibe las actividades de ese y otros medios de comunicación.
“No queremos que nuestros barcos desarmados sean atacados, pero somos muy conscientes del peligro”, declararon los activistas. “Deseamos no tener que abandonar nuestra vida diaria, nuestros trabajos y nuestras familias, pero sentimos que debemos actuar para salvar nuestra propia humanidad. Si algo nos sucede, entonces Israel y sus gobiernos aliados en todo el mundo tienen la culpa, especialmente aquellos que dicen defender los derechos humanos y el derecho internacional”.
“El mayor riesgo es que nuestros gobiernos no actúen para protegernos a nosotros y la ayuda”, añaden, al recordar que hace falta preguntarles “al presidente Biden y a otros jefes de Estado, ¿qué están haciendo para evitar que Israel mate y dañe a civiles, tanto palestinos como internacionales como nosotros? Enfrentarse al ejército israelí es arriesgado porque nuestros gobiernos continúan brindando inmunidad política a Israel y son cómplices del genocidio. El peligro de no hacer nada es mayor que el peligro de actuar por la humanidad”.
En este video, señalan que las numerosas manifestaciones no han logrado que los países suspendan su apoyo a Israel mientras comete un genocidio. Por lo tanto, “debemos llevar la protesta de las calles a los mares”, pues “nos rehusamos a quedarnos sentados a mirar cómo el ocupante estrangula toda la vida de Gaza”.
“While governments fail, we sail!” (¡Mientras los gobiernos fallan, nosotros navegamos!)
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