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Franco Félix ha publicado un título que va a marcar un antes y un después en el panorama de la literatura sonorense. Sí, su Kafka en traje de baño (Nitro Press 2015, premio de crónica del concurso del libro sonorense) es una de esas obras raras que sólo de vez en cuando aparecen en el canon literario.

Desde siempre consideré que la reseña literaria era un género vedado a esta pluma, en parte debido a mi temperamento, en parte a mi negativa de hacer cualquier cosa que pudiera interpretarse como “propaganda comercial” (aunque fallo frecuentemente en esto último –trabajo vendiendo libros–). Mi temperamento tiende más a la diatriba que a la apología, y procuro mantenerme alejado de las malas vibras, por lo que evito a toda costa las molestias de una mala reseña o una reseña sin entusiasmo (a muchos de mis amigos escritores les invito a que no se sientan aludidos pues les confieso que ni siquiera he leído sus textos). Pero esta vez no hay diatriba ni reseña sin entusiasmo, por el contrario, me despojo de mis escudos protectores y me dispongo a hacer una apología sin pudor. Sí, porque Franco Félix ha publicado un título que va a marcar un antes y un después en el panorama de la literatura sonorense. Sí, su Kafka en traje de baño (Nitro Press 2015, premio de crónica del concurso del libro sonorense) es una de esas obras raras que sólo de vez en cuando aparecen en el canon literario. Aunque en apariencia y presentación Kafka… está compuesta por 3 crónicas (“Kafka en traje de baño”, “El origen del autismo”, “Vacaciones en el Borda”), éstas no son sólo eso, es decir, trascienden el género, y, me atrevo a decir, se acercan más al relato de ficción por su fuerza estructural y expresiva. Y aquí está de más meterse en la polémica sobre dónde acaba la crónica y comienza la invención literaria, ya Octavio Paz hizo un acercamiento brillante al tema en su prólogo a Las enseñanzas de don Juan de Carlos Castaneda.

Las crónicas de Franco Félix son relatos redondos, arropados de un halo de esperanzadora incertidumbre, acorde al tono general de los temas abordados.

En “Kafka en traje de baño” Franco narra su obsesión con establecer un vínculo sanguíneo del fenomenal autor con el desierto sonorense, una especie de cruzada kafkiana (cuyas expectativas están siempre a punto de ser cumplidas). En “El origen del autismo” Franco hace una investigación sobre su primo Ramón, un hombre diferente, solitario y ejemplar. En “Vacaciones en el Borda”, el autor se interna en la famosa institución mental para descubrir qué sucedió con la momia hallada dentro del manicomio, sin embargo (otra vez lo kafkiano) la cordura del investigador se ve retada por el ambiente, donde la memoria y la demencia se unen en un emotivo recuerdo de infancia.

Estos tres textos inauguran una nueva manera de percibir la narrativa sonorense, la cual ha alcanzado la mayoría de edad, estamos dejando atrás (apenas un poquito) la “cultura de la carne asada”. Así, se ha iniciado una nueva tradición en las letras regionales. Aunque el rancho sea árido sus frutos ha dado, el acre panorama de la literatura sonorense ha cambiado sus tonos en los últimos años. En estos días tenemos títulos y autores con diversas propuestas de gran calidad, y el movimiento que ha comenzado es por lo menos alentador, y no me queda duda, Franco Félix está en la avanzada de este movimiento, y podemos y debemos esperar más de su pluma, porque es uno de los narradores con más oficio de la actualidad. Y éste título marca un parteaguas porque de ahora en adelante se tendrá que identificar a la región como una zona de literatura emergente¹, ahí están las obras, ahí el trabajo de los autores y su apuesta por producir productos propios y originales (unos más que otros), y Kafka en traje de baño resalta en ese incipiente horizonte de la nueva narrativa sonorense.

El arte del autor praguense tiene correspondencia en el arte de Franco, aunque el vínculo sanguíneo resulta diluido por el paso de las generaciones el vínculo literario sobresale, la escritura de Franco es kafkiana por su desesperada moralidad, la determinante inconclusión como condición humana y la calidad de su prosa.
En el desierto de Sonora habitan Kafkas, algunos incluso llevan su sangre, otros, tan sólo, siguen con fervor su legado. Mientras, froto mis manitas esperando Los gatos de Schrödinger.

P.D. Si vas a comprar un libro con Kafka en el título asegúrate que sea éste y no la soporífera novelita de Murakami.

(1) ¡A chingar a su madre el D.F. y su centralismo de mierda!

Aldo Barrios

Octubre 2015