Ser punta de lanza en la regeneración de suelos

Luis Enrique Ortiz.

Sonora, cuna de la Revolución Verde de los años 70 del siglo pasado, que elevó la productividad del suelo, pero no eliminó el hambre; creó variedades de semillas resistentes a plagas y sequía, pero contribuyó a la erosión del suelo al promover el uso de biocidas que -junto con las plagas- matan la microbiología de la capa superficial del planeta, la que detona los procesos que derivan una multi simbiótica fábrica de nutrición vegetal orgánica, como Dios la regaló.

Los suelos también se erosionan por deforestación, otras malas prácticas agropecuarias y menos por lluvia y vientos. Hay más pero no es el tema.

Un tema que navega en la mente de quién será la próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, es sin duda el del agua y ya designó responsables de elaborar propuestas para atender el caso específico de las regiones centro-norte, norte y noroeste.

De acuerdo con el candidato a diputado federal, Alfonso Ramírez Cuellar, estados como Sonora, Baja California y Chihuahua, entre otros, serán el foco de cuantiosas inversiones en materia de reparación de redes de distribución de agua potable en las principales ciudades.

El líder histórico de la izquierda social, designado por Sheinbaum Pardo para promover y poner en marcha un conjunto de propuestas para una nueva gestión del agua, agregó que se iniciará el próximo sexenio con un agresivo programa de tecnificación de riego en 250 mil hectáreas y otras medidas para reducir el desperdicio en las actividades agropecuarias.

Una mejor gestión del agua en la agricultura sin duda, dejará más del vital líquido para el creciente consumo humano y el que demandarán las empresas que llegan a Sonora, con motivos del denominado “nearshoring”.

Hasta ahí, todo está perfecto y el tecleador se ha quedado corto, la parte que suena incompleta, en la que al parecer hay menos avances es en lo que corresponde a la regeneración de suelos y la reducción del usos d agrotóxicos en el medio rural.

Los agrotóxicos no sólo matan la microbiología del suelo, haciendo necesario el uso de más pesticidas y fertilizantes sintéticos -como la urea-, que sí resuelven el problema de corto plazo, pero a la larga van causando impermeabilidad y el agua de lluvia corre a cuerpos de agua más grandes contaminando ríos, lagunas, esteros y el propio Mar Bermejo, en el caso de Sonora. El agua que no corre, contamina mantos freáticos por infiltración.

El agua es vital, sin duda, sin ella no hay nada, pero sin suelo no habrá alimentos y la tendencia global es la destrucción de esa capa superficial con todo y su estratégicamente vital microbiología.

La regeneración de suelos debe ser paralela al tema del agua, porque los suelos orgánicos son capaces de retener más humedad, es una de sus características principales, por lo que requieren menos riegos.

Se pueden regenerar suelos con muy bajos costos, usando esquilmos agrícolas, estiércoles de animales de corral o de los grandes ganaderos que contaminan al dejar la buñiga al aire.

La inversión en regeneración de suelos es mucho menor que la de reparar canales o tecnificar el riego, pero es igualmente pertinente.

Sonora, señor gobernador, Alfonso Durazo Montaño, puede estar a la vanguardia de un programa monstruoso de regeneración de suelos, tendrá en la próxima presidenta a una aliada para el desarrollo de una Revolución Agroecológica, orgánica o permacultural, al final son lo mismo.

Si alguien le sabe al tema del papel de la gestión y regeneración de suelos con perspectiva de sostenibilidad es la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, los suelos no sólo nos dan de comer, pueden ser un enorme aliado en la captura de carbono y eso es casi gratis. La captura de carbono ayuda a la lucha del cambio climático.

Publicado originalmente en: https://www.facebook.com/luisenrique.ortiz1