Hermosillo, Sonora, 27 de Noviembre de 2024.- Con una disminución sostenida de los escurrimientos desde 1996 y con una sobreexplotación de los pozos en la parte alta de la cuenca, ¿cómo es que se plantea la construcción de un sistema de tres presas más en el río Sonora?
Esa fue la pregunta más reiterada en el Panel “El Proyecto de las presas en el río Sonora y sus implicaciones socioambientales”, organizado por el colectivo “Amigos del Río Sonora” y llevado a cabo el pasado martes 26 de noviembre en el auditorio de la Ing, Industrial, de la Universidad de Sonora (Unison).
Y es que la gestión del abastecimiento de agua se planifica a partir de la oferta y no de la demanda, pues la obras de infraestructura son las que mueven los recursos y las que se pueden promocionar en las campañas políticas, según lo dicho por los presentes. El monto para este sistema de presas planeado es del orden de 7 mil millones de pesos (mmdp).
La mesa estuvo conformada por los investigadores Antonio Romo Paz de la Unison, Noemí Haro Velarde y Rolando Díaz Caravantes de El Colegio de Sonora. El evento fue motivado por el anuncio, primero del gobernador Alfonso Durazo Montaño sobre la propuesta de construir dos presas en el río Sonora y una en el río San Miguel, ratificado después por la misma presidenta Claudia Sheinbaum en el Plan Nacional Hídrico 2024-2030 (PHN), con el objetivo de “garantizar el abastecimiento de agua a Hermosillo en las próximas décadas”.
El PHN contempla, según su propia redacción, ordenar las concesiones de agua para evitar la sobreexplotación, promover la tecnificación del riego agrícola, el saneamiento de ríos, simplificación de trámites, que los particulares devuelvan millones de metros cúbicos ya concesionados y un Plan Maestro de Infraestructura para dotar de agua potable en zonas con mayor estrés hídrico: Acueductos, redes troncales y varias presas, entre ellas la propuesta para la capital de Sonora.
“El agua tiene que dejar de verse como una mercancía”, dijo la presidente Sheinbaum en la firma del Acuerdo Nacional por el Derecho Humano al Agua y la Sustentabilidad, parte del Plan y por el que “distritos y unidades de riego cederán 2 mil 800 millones de metros cúbicos (mm3) de agua”.
El sector empresarial también se comprometió a devolver hasta 126 mm3, así como a realizar inversiones del orden de 21 mmd para “eficientar, tratar y reusar el agua en sus procesos productivos”.
Una red que despilfarra el agua y un río contaminado
Al evento asistieron investigadores, académicos, ciudadanos involucrados en actividades a favor del medio ambiente y residentes de las comunidades cercanas a la presa El Molinito.
El panel inició con la participación del químico Antonio Romo, quién ha estado monitoreando los niveles de la contaminación por metales pesados en el río Sonora desde el derrame del 2014. Los estudios que han realizado por diversas instituciones, entre ellas la Unison y la Universidad Nacional Autónoma de México, han dado resultados consistentes de la presencia de hierro, aluminio y manganeso por fuera de la norma en los pozos de la cuenca, así como plomo y arsénico.
“Si esto estuviera ocurriendo en Estados Unidos ya se hubiera emitido una alerta sanitaria”, expresó Romo Paz, quien explicó que hay que saber interpretar los análisis a través del tiempo, pues ocurre que hay años donde los estudios salen dentro de la norma, pero eso no indica que ya no existan: aparecen y se disparan al año siguiente.
Presentación del químico Antonio Romo en el Foro:
Por su parte, la doctora Noemí Haro Velarde, quien tiene más de 20 años estudiando las políticas de gestión de agua para la ciudad de Hermosillo, así como su organismo operador, advirtió que aún no se tiene con claridad el objetivo del sistema de presas propuesto, pues esta infraestructura no abona directamente al problema de la escasez.
De acuerdo a los datos presentados por Haro Velarde, Agua de Hermosillo es un organismo deficitario pues los gastos operativos rebasan a los ingresos. Además, en la red se pierde más de la mitad de lo que entra (más de 200 litros/habitante/día), lo que representa una eficiencia física del 45%. Una tubería desgastada y un decremento en la micromedición son dos características que impactan negativamente una mejor gestión.
“Si bien la cuenca del Río Sonora es una fuente de abastecimiento para Hermosillo, los escurrimientos han decrecido de manera consiste por la sobre explotación de los acuíferos río arriba y por el mal manejo de las cuencas”, advirtió la doctora Haro Velarde:
SituacionActualHermosilloEl Molinito, de presa de control de avenidas a embalse contenedor
La presa Rodolfo Félix Valdéz, mejor conocida como “El Molinito”, ha cambiado de funciones por el incremento poblacional en la ciudad de Hermosillo, pero también porque a partir de 1996, los escurrimientos decayeron drásticamente, según lo mostrado por Rolando Díaz Caravantes.
En su exposición “Afectación al Río Sonora por el manejo de la presa urbana El Molinito”, el investigador del Colson mostró como de 1993 al 2011 el uso agrícola en la zona inmediatamente aguas abajo de la presa, antes de llegar a la zona de recarga junto a la Abelardo R. Rodríguez, sufrió una disminución de 9 mil 500 a 2 mil hectáreas. Si bien es cierto que aumentó la presencia de mezquites y pastizales, el índice de vegetación decreció de manera importante.
“Con el sistema del Molinito dijeron que se iba a resolver el problema del agua en 50 años”, dijo Caravantes, “también lo mismo dijeron con el Acueducto Independencia. Lo que vemos es que los grandes capitales son los que ganan y los pequeños productores son los que pierden”, agregó.
La desertificación y los impactos negativos que hay ahora aguas abajo de El Molinito, es lo que se tendrá en unos años aguas abajo pero desde El Sinoquipe, lugar donde se planea la primera de las presas. La afectación a decenas de pequeñas comunidades ahora se dará desde la cuenca media, tanto en el Río Sonora como en el San Miguel.
Presentación de Rolando Díaz C.:
ImplicacionesNuevasPresasLa solución no es urbanizar, sino eficientizar al organismo
Tanto los investigadores como varios de los presentes en la reunión expresaron que la solución para el problema del abasto del agua en Hermosillo es recuperar ese 55% que se pierde en fugas o en las tomas clandestinas o no medidas.
“Si se invirtiera algo de esos 7 mil millones de pesos que dicen van a costar las presas en hacer más eficiente la red, tendríamos asegurada el agua para los próximos 30 años, sin necesidad de afectar la cuenca”, expresaron.
“El proyecto de la presa no tiene ninguna lógica en términos de manejo hidrológico, más bien es un proyecto inmobiliario para secar y urbanizar el vaso de la presa Abelardo R. Rodriguez, lo que acabará con el único reservorio adyacente a la ciudad que provee servicios ambientales que amortiguan el cambio climático”, dice en sus conclusiones una de las presentaciones.
Redacción e imágenes: Libera Radio.
Presentaciones cortesía de sus autores.
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