Por Jorge Luis Taddei Bringas.

Desde la muy pronosticada elección de rector, queda claro para cualquiera que en la Universidad de Sonora es imposible transitar hacia la participación de la comunidad universitaria. Todo pasa y se decide de acuerdo con los deseos del rector en turno. Ello ha mantenido al mismo grupo político y académico por más de 20 años y así seguirá por otros 20, de no haber un cambio.

Con el nuevo rector, se esperaban señales para modificar esa situación; todo lo contrario: en las nominaciones de vicerrector y otros nombramientos prácticamente la decisión estaba planchada de antemano. Por cierto, habría que destacar que en las 3 ternas para director de División, participaban 9 hombres. La equidad de género no pasa de ser un discurso, pues no tiene ningún sustento en el marco normativo.

Lo que ha derramado el vaso y muestra el carácter antidemocrático, así como la ausencia de participación de los universitarios, son las elecciones que se realizaron el pasado 15 de noviembre: en 26 de los 28 departamentos hubo planilla única de maestros y en 24/28, para el caso de los alumnos. Votaron sólo el 8.6 % de los estudiantes y el 30 % de los maestros. ¡Para Guiness!

Si la competencia es la base de la democracia, ¿qué significa esto? Que estudiantes y maestrxs de la Unison se han convencido, en su inmensa mayoría, que no tiene ningún caso participar pues las elecciones están dirigidas. Incluso, si se “gana” de nada sirve pues los cuerpos colegiados solo funcionan para ratificar decisiones establecidas por las autoridades. En ellos el 99.7 % de las decisiones se toman “por unanimidad” y con total ausencia de deliberación. Si eso no es totalitarismo, ¿cómo se le puede llamar?

En un contexto en el que se habla de la participación e involucramiento de los jóvenes, se evidencia la carencia de formación ciudadana en los estudiantes de la mayor universidad pública en el estado; por el contrario, se inhibe la participación para que la administración siga imponiendo verticalmente su visión de la institución y su necesaria vinculación con los problemas de la región. Lamentable desde dondequiera que se le vea. 

¿Cómo deshacer ese nudo gordiano interno? 

El Congreso del Estado debe hacer breves modificaciones a la Ley 4 para tres cosas: que no se permita la reelección de rector; incluir la equidad de género como norma, y garantizar el respeto a los derechos humanos. Estas temáticas no estaban en agenda hace 26 años.

Entonces iniciaría una amplia discusión sobre el modelo de universidad que se requiere y luego proponer un marco normativo que permita involucrar las capacidades de estudiantes y maestrxs para engrandecer más a esta noble institución de los sonorenses.
Tienen la palabra la comunidad universitaria, el rector y el Congreso del Estado.