Por Isabel Dorado Auz

Estalló la Huelga en la Universidad de Sonora y en menos de dos semanas se levantó, dejando muchas inconformidades, debido a que se sigue pateando el bote y las soluciones de fondo nomás no llegan.

Abundaron las promesas y solo toca esperar que ahora sí nos cumplan. Razones para estar optimistas son pocas, pero si no se quieren llevar otra sorpresa en la revisión del próximo año, bien harían autoridades universitarias y del gobierno del estado poner cartas en el asunto y evitar, incluso, que haya emplazamiento, situación que no se ha experimentado en los años que tengo como docente en la Universidad de Sonora.

El tema del ISR seguirá causando inquietud mientras no se llegue a un acuerdo que permita una transición tersa a cumplir con esa responsabilidad impositiva. Una posible solución es que las autoridades ofrezcan un incremento salarial por encima de la inflación para compensar la carga impositiva que se pretende aplicar.

En el tema de violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo se requiere un cambio de actitud desde la autoridad universitaria, muy buena para proteger los privilegios de la burocracia dorada y, al mismo tiempo, es implacable en contra de quienes exigimos se nos respeten derechos que están establecidos en la ley federal del trabajo, como lo son reconocimiento pleno de años de antigüedad, así como el derecho a la vivienda.

Debe concluir el proceso de indeterminación para profesores de asignatura, de tal forma que todas las plazas de tiempo completo que actualmente están vacantes sean ocupadas en el menor tiempo posible. Así se lograría la estabilidad laboral de cientos de profesores. Prácticamente, en cada revisión los docentes hemos creído en promesas que no se cumplen y una de ellas, muy recurrente, es que se implementará un programa de indeterminación que resolvería gradualmente el problema y siempre en la implementación el proceso queda inconcluso.

Quedó claro en este último estallamiento de Huelga que la base, de ambos sindicatos, está muy inquieta y faltaron muy pocos votos en el STEUS para que hubiesen estallado los dos sindicatos la Huelga. Aquellos tiempos en que la línea la establecía la dirigencia sindical, casi siempre ambigua, quedaron atrás y fue evidente en el primer intento de levantar la Huelga por parte de la dirigencia del STAUS.

Así que los avances mínimos alcanzados, históricos para quienes no están acostumbrados a luchar por sus demandas, fueron gracias al estallamiento de Huelga, pero lejos quedaron de las expectativas de una mejoría sustancial en las condiciones de trabajo. Lo que sí sorprendió, y en eso hubo un gran avance, es haber conseguido quorum en dos Asambleas Generales, lo cual permitió llegar al acuerdo de no instalar urnas en el primer intento que se hizo por levantar la Huelga.

Como dato curioso, la delegación de Matemáticas, que votó mayoritariamente por la no Huelga, estuvo casi al 100% en la cobertura de las guardias durante el transcurso de ésta. También resaltó la intervención de Felipe Medrano, a quien le encargaron la responsabilidad de imponerle un Acuerdo del Consejo General de Huelga a la Asamblea General, quien buscó evitar lo que finalmente pasó, que el líder vitalicio del STAUS, Sergio Barraza, pronunciara el discurso para convocar al levantamiento de la Huelga.

Así las cosas, por rumbos de nuestra Alma Mater. Se siguió pateando el bote y los agravios siguen acumulándose. Las promesas deben empezar a cumplirse si no se quiere un nuevo estallamiento de Huelga el próximo año.

auz3@correom.uson.mx